Se trata de un hombre de alto poder adquisitivo que fue dueño de compañías de seguro en Argentina, que tentaba a menores de edad con distintas formas de retribución, para mantener relaciones sexuales en su casa, en cercanías de la terminal de ómnibus de Maldonado.
Un argentino de 79 años de edad, identificado como R.D.P.P., fue enviado a la cárcel en las primeras horas de la tarde de este viernes, como autor de un delito de “retribución o promesa de retribución a personas menores de edad, o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo”.
El pervertido, que se domicilia en una finca en cercanías de la terminal de ómnibus de Maldonado, fue descubierto cuando se presentó ante la Policía a denunciar que unas menores lo habían robado. La Policía inició la investigación y se encontró con lo inesperado.
Dos adolescentes dieron la punta de la madeja, para comprobar que el casi octogenario, en realidad hace mucho tiempo tienta a adolescentes de Maldonado con viajes a Buenos Aires, teléfonos celulares y recargas, y prendas de vestir entre otras cosas, para mantener relaciones con ellas.
Una de ellas de 15 años, llegó a viajar a Buenos Aires con R.D.P.P. con la autorización correspondiente de sus padres. Otra joven mayor, confesó que años atrás también mantuvo el mismo tipo de relación con este hombre que las alojaba por días en su chalet.
Si bien en ninguno de los cuatro casos que quedaron probados durante las investigaciones hubo penetración, ya que R.D.P.P. solamente manoseaba y les practicaba sexo oral a las adolescentes, todo indica que hay más chicas involucradas que no se atrevieron a declarar.
Este hombre, es de un nivel económico holgado por lo que transcurría sus días entre su casa en Maldonado y Buenos Aires; en la vecina orilla se retiró hace algún tiempo de sus actividades como propietario de compañías de seguro. En cada viaje retornaba con regalos.
Durante el allanamiento realizado en su casa por orden de la jueza del caso, doctora Morosini, se encontraron anotaciones con nombres y teléfonos de todas sus víctimas y de otras chicas que se estima en algún momento, tentadas por sus ofrecimientos, estuvieron en su casa.
En la finca, también había una serie de prendas de vestir de procedencia argentina que tendrían como destino a algunas de sus víctimas. También fue encontrado un accesorio que utilizaba durante sus encuentros con las chicas que iban a su propia casa.
Vivía solo y aunque nunca antes había sido denunciado, ahora surgieron testimonios que confirmaron el permanente movimiento que se generaba en su casa, con chicas que entraban y salían a distintas horas del día. Fue porque denunció a dos de ellas, que el caso quedó al descubierto.