Matías Nicolás Roldán González (25), había sido formalizado por el hecho el 30 de septiembre de este año y se encontraba en prisión preventiva mientras se completaba la investigación. Este jueves fue llevado a la sede Penal de 1er. Turno, donde escuchó el fallo condenatorio.
La condena impuesta a Matías Nicolás Roldán, es de 11 años y 10 meses de penitenciaría, al haber sido encontrado responsable de tres homicidios, dos de ellos especialmente agravados por la premeditación, aunque ambos en grado de tentativa, porque no logró su objetivo.
El segundo además, fue caratulado como muy especialmente agravado por haberse cometido para asegurarse el resultado, y el tercero a título de dolo eventual en reiteración real, con un delito de porte de arma por reincidente y un delito de tráfico interno de armas.
Sangre fría
El violento episodio que desembocó en la muerte de una nena de solamente 7 años, comenzó a gestarse la noche del jueves 24 de septiembre, cuando Roldán González llegó a la casa de A.D.N.A.B. (amigo del padre de la nena muerta), sita en avenida Rocha entre calles Lavalleja y Lily Curbelo.
Allí preguntó por el dueño de casa al padre de Natasha, Pablo Gamenthaler, quien le señaló un dormitorio. El sicario, encapuchado, ingresó a la habitación y efectuó varios disparos que hirieron en las piernas a A.D.N.A.B., el que poco después fue trasladado al hospital Alvariza.
Siguiendo los protocolos, desde el nosocomio se informó a la Policía sobre el ingreso de una persona presentando heridas provocadas por disparos de arma de fuego. El sujeto herido, se negó a declarar y a identificar al agresor, pero admitió que había una deuda por drogas.
La vida y la muerte
El domingo 27 (tres días después), día de elecciones departamentales y municipales, en la casa de A.D.N.A.B. -donde estaba viviendo Pablo Gamenthaler con la pequeña Natasha- se festejaron los 7 años de la nena; asistieron varios niños y también Matías Nicolás Roldán González.
Llamó mucho la atención que, quien días antes había baleado al dueño de la casa (probablemente para advertirlo y no para matarlo) estuviera en esa celebración. O era amigo del padre de la nena o era amigo de A.D.N.A.B.; de otro modo no se justifica su presencia allí.
Roldán González se fue de la fiesta. Pero sobre las 20.30, cuando A.D.N.A.B. había salido a la vereda, se encontró nuevamente con él. El asesino de la nena, decidido a todo, le dijo: “ahora sí es fea para vos negro…”, lo que indicaría que alguien le dio la orden de que volviera y lo matara.
En la vereda efectuó un disparo hacia el dueño de casa, aunque el proyectil impactó en el marco de una ventana. En el interior, Natasha que estaba en un dormitorio, al escuchar el ruido del disparo corrió hacia la cocina donde estaba su padre y allí encontró la muerte.
A.D.N.A.B, tras el primer disparo en la vereda, corrió hacia el interior de la casa para protegerse, pero Roldán lo hizo detrás y le efectuó otro disparo que le rozó el pecho y terminó impactando en la nena, muy cerca de la axila derecha; ella cayó desvanecida en brazos de su padre.
Natasha fue trasladada al hospital Alvariza por un vecino al que le pidieron ayuda; el autor de los disparos, de acuerdo a lo observado luego en cámaras de video vigilancia, huyó inmediatamente del lugar hacia un monte cercano al arroyo San Carlos. La niña murió una hora después.
También el dueño de la casa donde funcionaba la boca de venta de drogas fue trasladado al hospital Alvariza. Identificó plenamente al autor de los disparos, ratificó que era un ajuste porque él se había quedado con droga que tenía para vender y dijo dónde podría refugiarse Roldán.
Tras intensos operativos de búsqueda en zonas periféricas de San Carlos, y 9 allanamientos, el asesino de Natasha fue encontrado el martes 29 de septiembre refugiado en unas construcciones precarias ubicadas entre la casa de “El Buñuelo” Correa Balladares y el arroyo San Carlos.
Matías Nicolás Roldán González, admitió haber sido responsable de lo ocurrido el domingo 27, pero negó haber estado en esa casa tres días antes cuando A.D.N.A.B. fue herido en sus piernas. Entonces, fue clave el reconocimiento de voz y fisonomía que hizo Pablo Gamenthaler.
Quien perpetró el primer ataque, encapuchado, le preguntó a él por el dueño de casa y fue quien le señaló que estaba acostado en el dormitorio. Roldán solo asumió el segundo episodio, y admitió que sabía que en esa casa se encontraba la niña, porque había estado horas antes en su cumpleaños.