Se trata de Pablo Sebastián Morales, de 32 años, integrante de una familia signada por el delito, quien -con otros 10 antecedentes en su haber-, por el momento está formalizado por la presunta autoría de un delito de hurto especialmente agravado y otro de receptación.
En horas del mediodía del lunes 3 de mayo, un llamado a la Policía alertó sobre la presencia de varias extrañas retirando distintos efectos de una finca de calle Coconut, en el balneario Ocean Park. Iban cargando todo en un automóvil Ford Escort, y para el denunciante no eran los propietarios.
Iniciada la investigación, a cargo de personal policial de la Zona Operacional 1 apoyado en el trabajo de los visualizadores del CCU, fue posible con los datos que se habían obtenido, identificar el vehículo mencionado, hacer su seguimiento y también identificar a su conductor.
El miércoles 5, una dotación policial se constituyó en la casa del hombre que aparecía al volante, que era nada menos que Pablo Sebastián Morales Arias, de 32 años y poseedor de innumerables antecedentes penales. Allí estaba el Ford Escort aunque ya le habían “lavado la cara” y tenía otro color.
Pero también se encontraron varios efectos que fueron denunciados por la víctima del hurto en Ocean Park, entre ellos, un trailer de auto (de hierro y madera), así como palas de corte y una carretilla, entre otras cosas. Morales Arias quedó detenido y a disposición del Fiscal de 1er. Turno.
Tras las actuaciones correspondientes, Morales Arias compareció ante la Jueza Penal de 11° Turno, resultando formalizado por la presunta comisión de un delito de hurto, especialmente agravado, con un delito de receptación agravada. Cumple 60 días de prisión preventiva.
Larga data
Pablo Sebastián Morales Arias, con varios integrantes de su familia también dedicados al delito, fue enviado a la cárcel por última vez el 25 de mayo de 2018, luego de ser detenido en el marco de una investigación por una rapiña, aunque finalmente le imputaron tenencia de sustancias estupefacientes.
En horas de la madrugada del jueves 24 de mayo de aquel año, tres sujetos armados golpearon insistentemente la puerta de una finca de calle Matheo Moleras, en el barrio Maldonado Nuevo, hasta que el dueño de casa munido de un arma de fuego decidió franquearles el paso.
Según testimonio del denunciante, en el interior y bajo amenazas constantes con distintas armas de fuego, los delincuentes se alzaron con su pistola, así como con la suma de US$ 2.000 y un reloj pulsera. En ese momento la Policía ya había sido advertida de un incidente.
Un rápido despliegue policial realizado minutos más tarde, permitió rodear a dos sospechosos que comenzaron a disparar sorteando muros y trepando a techos de varias fincas de la zona, hasta que pudieron ser detenidos. Antes se habían ido descartando de distintos elementos.
Luego, la Policía encontraría en las inmediaciones, 3 armas de fuego además de un pasamontaña y una campera; a la mañana siguiente, se ubicó la pistola que le habían llevado al hombre rapiñado. El dúo fue trasladado a dependencias policiales mientras se informó a la Fiscal de Turno.
Durante la ronda de reconocimiento, el hombre rapiñado no pudo identificar a los dos detenidos como sus atacantes porque cubrieron sus rostros permanentemente con pasa montañas; sin embargo, sí ubicó a un tercero que era de la zona y hacía pocos días había salido de la cárcel.
Con ese nuevo dato, la Policía concurrió a una finca de Maldonado Nuevo donde detuvo a Pablo Sebastián Morales, quien al advertir la presencia policial tiró hacia un techo lindero un envoltorio dentro del cual se encontraron 25 dosis de cocaína; luego negaría haber participado en la rapiña.
El Juez Penal de 11° Turno, lo condenó a 15 meses de prisión efectiva imputado por un delito de tenencia de estupefacientes no para consumo, previsto en el Artículo 31 de la Ley 14.294. Sobre él no hubo elementos probatorios de su participación en la rapiña de marras.
Desde el año 2007, ese sujeto ha sumado múltiples antecedentes por delitos de hurto, hurto agravado, receptación, desacato y daño agravado (esto último del 18 de febrero de 2018 cuando días antes se tomó fotografías trepado a una columna rompiendo cámaras del sistema público de video vigilancia).