Había exhibido un arma de fuego a un grupo de jóvenes y luego, para irse del lugar porque lo denunciaron, le hizo señas a una pareja conocida que se desplazaba en un coche para que lo llevaran. Fue en ese momento que resultó detenido por la Policía.

El lunes 7 en horas de la noche, un operativo policial realizado en calle María Eugenia Vaz Ferreira casi Francisco Salazar, en el barrio La Pastora de Punta del Este, sorprendió a los vecinos que observaron un importante despliegue policial en torno a un coche interceptado.

En el lugar, fueron intervenidas tres personas: una pareja ocupante del automóvil (era un Fiat Cinquecento), y un tercer individuo que, era el que en definitiva estaba buscando la Policía, ya que había sido denunciado por amenazar a un grupo de jóvenes con un arma de fuego.

Mientras este último, identificado como Juan Ignacio Sosa Vázquez, de 22 años, quedó detenido y fue trasladado a dependencias de la seccional 10ª de Punta del Este, la pareja del coche fue dejada en libertad ya que no tenía absolutamente nada que ver con lo ocurrido.

El conductor dijo que poco antes había “levantado” a Sosa Vázquez, porque les había realizado señas y lo conocían, pero que no estaban en conocimiento de lo que pudiera haber hecho. En el interior del vehículo fue encontrado un revolver calibre 22 y 14 balas.

Llevado ante el Juez Penal de 4° Turno, Juan Ignacio Sosa Vázquez fue condenado a 9 meses de libertad a prueba, como autor de un delito de violencia privada en reiteración real, con un delito de porte de arma de fuego en lugares públicos, con un delito de tráfico interno de armas de fuego.

Durante los primeros 3 meses de pena tendrá que guardar arresto domiciliario nocturno, de 22.00 a 6.00 horas del día siguiente, pero además presentarse una vez por semana ante la dependencia policial más cercana a su casa y realizar tareas comunitarias dos horas semanales.

El único antecedente penal de este joven data del año 2018, cuando el 20 de diciembre había sido formalizado por la presunta autoría de un delito de lesiones personales intencionales, tras haber agredido con una piedra a otra persona, por un cambio de dólares aparentemente falsos.