La seguidilla de hurtos en casas de familia, de las que se llevó distintos efectos y en varios casos dinero, se inició el miércoles 22 de marzo, y culminó luego que el 15 de junio golpeara y robara a un octogenario en su propia finca.

 

La madrugada del jueves 15 de junio, un octogenario solicitó la presencia policial en su casa ubicada en calle Ituzaingó de la ciudad de San Carlos, ya que había sido golpeado por una mujer que ingresó a su domicilio y tras revisar todas sus pertenencias se fue con $ 200.

La mujer fue rápidamente identificada como Jessica Jacqueline Moyano Huelmo, de 31 años y poseedora varios antecedentes penales, quien quedó requerida y pudo ser detenida en la vía pública al día siguiente. Durante la indagatoria se confirmó que había sido responsable de otros 7 hurtos.

El raid delictivo lo inició el miércoles 22 de marzo cuando hurtara dos teléfonos celulares del interior de una casa, a la cual regresó el miércoles 10 de mayo, llevándose una bordeadora, comestibles y ropas varias.

Tres días después, el sábado 25 de marzo, Jessica Jacqueline Moyano, solicitó ingresar a una casa porque necesitaba realizar una llamada urgente, y aprovechó para llevarse un par de lentes con estuche, un cuchillo de alpaca y $ 600.

El miércoles 5 de abril, ingresó a otra casa de San Carlos llevándose un porta tarjeta, un pase libre para transporte y $100; el miércoles 19 del mismo mes, de otra finca sustrajo ropas, cubiertos, vajilla, comestibles y artículos de higiene.

El martes 25 de abril, Jessica Jacqueline Moyano Huelmo robó en otra casa de la ciudad un teléfono celular, y el miércoles 10 de mayo, se llevó comestibles varios, un par de calzado deportivo y ropas varias del interior de otra casa.

Realizada la audiencia en el Juzgado Penal de 1er. turno de San Carlos, se dispuso la condena de esta mujer, como autora de reiterados delitos de hurto, dos de ellos especialmente agravados por la penetración domiciliaria y uno de ellos, con lesiones personales. Fue penada con 20 meses de prisión.

Jessica Jacqueline Moyano Huelmo, ya contaba con varios antecedentes penales, el último de los cuales terminó con ella en la cárcel el 8 de diciembre del año 2020, imputada como autora de un delito de hurto especialmente agravado, tras robar en una casa de San Carlos junto a otro ladrón.

La Jueza Penal (s) de 2° turno de San Carlos, le impuso una pena de un año de prisión efectiva, tras probarse que participó en un robo perpetrado la mañana del 4 de diciembre en una casa ubicada sobre avenida Juan Antonio Lavalleja de la ciudad de San Carlos.

Jessica Jacqueline Moyano y su cómplice, ingresaron rompiendo la puerta de la finca y sustrajeron un reloj y un rifle calibre 22. Tras la denuncia, la dotación de un móvil que recorría la zona, observó a un joven en actitud sospechosa, que además había sido condenado por dos ilícitos en septiembre.

Al ser revisado tenía entre sus ropas el reloj robado. Posteriormente fue detenida esta mujer y se recuperó el rifle que ya había sido vendido a una tercera persona, que a su vez, quedó emplazada. El joven de 22 años, también fue penado con un año de prisión efectiva.

Anteriormente, Jessica Jacqueline Moyano Huelmo había sido procesada con prisión (regía el anterior CPP) el 16 de junio de 2017, por la presunta comisión de un delito de hurto agravado en calidad de coautora; como la vez anteriormente relatada, acompañó en un robo a otro delincuente.

De tiroteo

En horas de la tarde del domingo 18 de junio, un vecino se comunicó telefónicamente con la Policía, para dar cuenta que a la altura de calles Cerro Colorado y Cuchilla del Cuareim, dos individuos intentaban ocultar un arma de fuego y podrían tener relación con una balacera del día anterior.

Al llegar los efectivos policiales al lugar, intervinieron a Nicolás Mario Blanco Pereyra, de 28 años, quien al ser revisado llevaba entre sus ropas 7 lágrimas de clorhidrato de cocaína, así como a otro joven de 21 años. Junto a un contenedor de residuos, se encontró un revólver calibre 22.

Trasladados los detenidos a dependencias policiales, por disposición de la Fiscalía de 4° turno fueron indagados, donde surgió que podían estar involucrados en una balacera ocurrida el día anterior en calles del barrio Cerro Pelado, hecho que fue denunciado por vecinos a través del teléfono 911.

Conducidos al Juzgado Penal de 11° turno, mientras el joven de 21 años recuperó la libertad en principio sin otras consecuencias, Nicolás Mario Blanco terminó condenado por varios delitos: le imputaron un delito de tráfico interno de arma de fuego y municiones, y un delito de disparo de arma de fuego.

También, dos delitos de porte de armas de fuego en lugares públicos, y otros dos delitos de porte de arma de fuego por reincidente. La pena impuesta por la Justicia es de 8 meses de prisión efectiva.

Nicolás Mario Blanco Pereyra, el 20 de abril del año pasado, había sido condenado como autor de un delito de violencia privada agravado, tras haber sido detenido en calles del barrio Cerro Pelado de Maldonado, junto a otro delincuente, llevando a un hombre bajo amenazas con un arma blanca.

Dos días antes en horas de la tarde, la Policía se desplazó al citado barrio, desde donde se había reportado un desorden en la vía pública, aunque cuando los primeros efectivos llegaron al lugar, los protagonistas ya se habían ido, presuntamente llevando a otra persona.

En forma inmediata se desató un rastrillaje en toda la zona, con apoyo de otras unidades, hasta que en determinado momento fueron observados dos individuos que llevaban a otro amenazándolo con un arma blanca. Los efectivos intervinieron y detuvieron a los dos hombres.

Uno de ellos era Nicolás Mario Blanco Pereyra, quien al igual que el otro detenido -que ya contaba con otros antecedentes penales-, fue condenado por el delito antes mencionado y penado con 7 meses de prisión efectiva, lo que quiere decir que ahora se encontraba en libertad desde fines de noviembre.

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