El adolescente de 16 años que permaneció poco más de 8 meses recluido en la Colonia Berro como presunto autor del asesinato a balazos de Camila Weissel (20), ocurrido la noche del 26 de julio del año pasado, fue dejado en libertad por decisión de un Tribunal de Apelaciones de Familia de Montevideo.
Tras varios meses de trabajo, la investigación del asesinato de la joven, ocurrido en el barrio Biarritz de Maldonado, se centró en un joven de 20 años de edad y en un hermano de éste de 16. El menor fue finalmente imputado por el homicidio y recluido en la Colonia Berro.
En las últimas horas, se supo que el adolescente tras permanecer privado de su libertad durante 8 meses y algunos días, fue absuelto por un Tribunal de Apelaciones de Familia de la capital del país, por lo que el caso vuelve nuevamente a lo que en la jerga se denomina “fojas cero”.
Impresionante
Como lo informara MaldonadoNoticias, el impresionante ataque a balazos contra una camioneta Volkswagen Saveiro, ocurrió pasada la hora 0.00 del domingo 26 de julio de 2015, a la altura de las calles Justino Zabala Muníz y Serafín García, en el barrio Biarritz, al Norte de la ciudad de Maldonado.
La camioneta recibió una veintena de disparos en toda su estructura, lo que confirmó que el ataque fue para lograr el objetivo de matar a quien estuviera en su interior. Al menos 8 disparos impactaron en la espalda de Camila Juana Weissel Amarilla, quien murió prácticamente en el acto.
Su primo de 19 años y su novio de 23, se bajaron de la camioneta y huyeron, dejando abandonada y moribunda a la chica. Todo hizo presumir que el ataque iba dirigido al joven de 23 años, a quien señalaban como estrechamente vinculado al sub mundo de las drogas en Maldonado.
Se estimó que el ataque fue perpetrado por una sola persona, a pesar de que la camioneta fue baleada en los dos laterales, pero también en su parte delantera y la posterior. Camila fue blanco fácil porque iba sentada en la falda de su primo, en el asiento del acompañante.
Durante los días posteriores, se llevaron a cabo diligencias y allanamientos, en uno de los cuales se encontró un cargador vacío de una pistola Glock 9m.m., y se detuvo al menor de 16 años que fue interrogado en varias ocasiones por la Policía y por el Juez de 10° Turno, doctor Marcelo Souto.
Se estimó que el ataque fue programado, y que la camioneta fue seguida por algunas zonas de Maldonado hasta que se encontró el momento y el lugar adecuados para concretar el ataque. Algunos testimonios y peritajes coincidieron en que el autor de los disparos habría sido uno y que se desplazaba en una moto.
La zona, a la altura de las calles Justino Zabala Muníz y Serafín García, en el barrio Biarritz, no está densamente habitada ni tampoco está iluminada en forma abundante. Sin embargo, cerca del lugar se realizaba una fiesta y no fueron pocos los vecinos que oyeron la balacera.
Único imputado
El jueves 17 de setiembre, quedó en libertad el joven de 20 años que estaba detenido por su eventual participación en el asesinato. Es hermano del menor de 16 que un día antes fue el único imputado por “una infracción gravísima calificada como un delito de homicidio especialmente agravado”.
Aún con aquella decisión judicial, el caso siguió presentando una serie de dudas por la forma en que se dieron los hechos. Una de las interrogantes era como el asesino pudo abordar en forma solitaria la camioneta VW Saveiro en la que se encontraba Camila, con su novio y un primo.
El vehículo fue impactado por 21 disparos efectuados a corta distancia desde una moto; se presume además, que la pistola utilizada tiene que haber sido recargada. El menor, en ningún momento admitió la autoría de la balacera que terminó con la vida de Camila Weissel.
Aunque testimonios lo habrían ubicado en la escena del crimen, aportó una coartada cuando dijo que aquella trágica noche y a la hora del ataque estaba con dos amigas (una menor y otra mayor. Sin embargo, la coartada se derrumbó y la mayor de las chicas fue procesada por falso testimonio.
De todos modos, quedaron cabos sueltos, ya que no se supo de ninguna actuación ordenada en torno al novio de la víctima, quien sería objetivo del ataque por una deuda vinculada a las drogas; tampoco se supo cual era la situación de quien supuestamente envió al menor a “cobrar” la deuda.
Ahora, con la puesta en libertad del adolescente (absuelto), vuelven a plantearse infinidad de dudas. Por otra parte, no se sabe que camino seguirá su familia que podría reclamar por los más de 8 meses que permaneció en la Colonia Berro, por un homicidio que no cometió.