La casa principal de "Quincho Grande", donde se refugió en Puntadel Este la familia de narcos mexicanos.En horas de la tarde de este jueves llegó a manos del Juez en Crimen Organizado, Néstor Valetti, el pedido de extradición del gobierno estadounidense, para el capo del cartel mexicano "Los Cuinis", que estuviera radicado en el más absoluto anonimato en Punta del Este.

El Juez Especializado en Crimen Organizado, Néstor Valetti, recibió el pedido de extradición del gobierno de Estados Unidos para el líder del cartel mexicano “Los Cuinis”, Gerardo González Valencia, quien fue procesado por lavado de activos -presuntamente provenientes del narcotráfico- el sábado 23 de abril.

El expediente de 106 folios ingresó a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, desde donde fue elevado a la Suprema Corte de Justicia, y de allí al despacho de Valetti. González Valencia es acusado de un crimen en California, y también se lo imputa en una causa por tráfico de cocaína y anfetaminas.

La extradición del líder de "Los Cuinis", considerada una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo, demorará más de un año. Después que se lo sentencie por el delito de lavado de activos, se le preguntará si desea purgar la pena en Estados Unidos o en Uruguay.

Según medios capitalinos, el líder narco habría señalado que está dispuesto a purgar su pena por lavado de activos en una cárcel norteamericana porque estaría más cerca de su familia. En Uruguay está recluido con medidas de seguridad especiales, al igual que las otras personas vinculadas a él.

Sorpresivo

El sábado 23 de abril, la Jueza Adriana De los Santos envió a González Valencia y a su suegro a prisión; también a un matrimonio de caseros del chalet adquirido por los extranjeros en Punta del Este, y a un hombre de Piriápolis que participó de algunas transacciones.

Gerardo González Valencia, es hermano de Abigael González Valencia, alias “El Cuini”, líder del cartel mexicano considerado más poderoso incluso que el de Sinaloa liderado por el “Chapo” Guzmán, ya que domina prácticamente todo el mercado europeo y asiático de las drogas.

Junto con González Valencia, fue enviado a prisión su suegro, identificado como H.A.P., también de nacionalidad mexicana. Ambos fueron encontrados responsables de la comisión de un delito de lavado de activos, en este caso presuntamente provenientes del narcotráfico.

Asimismo, fue enviado a prisión el intermediario de algunos negocios del mexicano, un hombre de Piriápolis identificado como P.G.; así como el matrimonio de jardineros de Punta del Este, integrado por L.L.F. y J.P.L.. Los tres fueron imputados como autores de un delito de asistencia al lavado de activos.

Un día después, surgió el procesamiento de la esposa del narco, Wendy Dalaithy Amaral Arévalo, de nacionalidad mexicana, tras ser detenida por personal de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas en Carrasco. Fue imputada por un delito de asistencia al lavado de activos.

Anónimos

Gerardo González Valencia y su esposa, estaban radicados en Punta del Este desde el año 2011 junto con 3 hijos menores de edad. La familia era visitada frecuentemente por los abuelos maternos de los chicos (también mexicanos). El padre de la mujer, está requerido por Estados Unidos.

Fue por ello que en acuerdo con la Jueza en Crimen Organizado Adriana De los Santos, la DGRTID decidió evitar una eventual fuga de Gerardo González Valencia, acompañado por su suegro y los hijos, ya que su esposa había viajado al exterior algunas semanas antes.

La publicación de los "Panama Papers" llevó a que la jueza y el comando de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, aceleraran la operación para detener al mexicano y otra serie de personas vinculadas a él, antes que abandonara el país. Todos eran vigilados desde hacía al menos un año.

A nombre de la mujer aparecían sociedades anónimas y diferentes bienes de alto valor, como el chalet “Quincho Grande” en Punta del Este (ubicado en el exclusivo barrio Parque del Golf), el cual fue comprado en el año 2012 en U$S 2 millones, y varios automóviles de alta gama.

La propiedad en realidad, ocupa más de una manzana parquizada y arbolada, y cuenta con una gran cantidad de quinchos diseminados en todo el predio, y una gran casa principal, donde vivían Gerardo González Valencia y Wendy Dalaithy Amaral Arévalo, junto a sus tres pequeños hijos.

Uno de los aspectos que llamó la atención de los investigadores y que fue expuesto por la Fiscal de la causa, es que a ninguno de estos dos mexicanos se le pudo conocer actividad laboral alguna, a pesar del altísimo nivel de vida que llevaban desde que se establecieron en Uruguay.

Además de comprar a nombre de sociedades anónimas, usaban a otras personas para poner los vehículos y bienes a su nombre. Por ejemplo el caso de los jardineros que además hacían tareas de mantenimiento y domésticas, quienes tenían a su nombre algunos de los vehículos de los mexicanos.

La ostentación del matrimonio mexicano era tal, que sus tres hijos asistieron primeramente al colegio S.C. de Punta del Este -uno de los más afamados del balneario-, y a partir de este año, a la S.I. de Montevideo. Allí abonaban $ 45.000 por mes por los niños.

Durante el último tiempo, Gerardo González Valencia, su suegro y los tres hijos menores del primero, se alojaban en un hotel de Montevideo mientras buscaban una propiedad para alquilar o comprar en Carrasco. El narco fue detenido cuando había ido a buscar a sus hijos al colegio.

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