Natalia Martínez solo vivió 19 años; quien la mató, puede rehacer su vida a los 29 años.Rodrigo B.B. (29), imputado por el asesinato de Natalia Martínez Bengoa (19), logró la libertad anticipada, luego de haber cumplido dos tercios de la pena que le imputó en junio de 2007 la justicia. Además, logró la reducción de la pena por buena conducta, estudio y trabajo.

En el mes de junio del año 2010, Rodrigo B.B. -que por entonces tenía 25 años- fue condenado a nueve años de prisión, como autor material del homicidio de Valeria Natalia Martínez Bengoa, de 19 años de edad, quien desapareció en Punta Fría.

El responsable de aquel sonado caso, recuperó la libertad la pasada semana, tras cumplir dos tercios de la pena, haber tenido buena conducta, además de haber estudiado y trabajado durante su reclusión. Estuvo en prisión 4 años y 4 meses.

Según consignan este miércoles medios capitalinos, además de su conducta en prisión, hubo informe favorable del director de la cárcel donde se encontraba alojado, en el departamento de Colonia. Desde 2013 por otra parte, gozaba de salidas transitorias.

Aquel caso

Rodrigo B.B. fue detenido a comienzos del mes de junio del año 2010 (tenía entonces 25 años), como responsable del asesinato de Natalia Martínez, ocurrido el 19 de enero del año 2007, luego que la joven saliera de una discoteca de Punta Fría, Piriápolis.

Confesó haber ocultado el cadáver de Natalia, 3 años atrás, en la zona del Club del Lago. Si bien afirmó que la adolescente murió por causas naturales y las pericias forenses no revelaron indicios de muerte violenta, el juez penal Gabriel Ohanián resolvió imputarle el homicidio.

Un largo y minucioso trabajo llevado adelante por efectivos de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Maldonado, logró luego de casi 3 años y medio, esclarecer uno de los casos de mayor exposición mediática en la historia policial de este departamento.

Seis jóvenes fueron detenidos en Montevideo y trasladados a Maldonado, donde fueron sometidos a intensos interrogatorios por parte de efectivos de Investigaciones de la Policía. Entre ellos, estaba el responsable de lo ocurrido aquella madrugada de enero de 2007.

Rodrigo B.B., no tenía antecedentes penales e integraba una familia de posición económica desahogada que reside en Punta Gorda, Montevideo. Era conocido de Natalia pero no amigo. La relación se había generado en encuentros de autos tunning realizados en la capital.

La confesión

Rodrigo confesó que sobre la hora 1.00 del jueves 18 de enero de 2007, fue a Piriápolis en su coche tunning, a ver si se encontraba con algunos amigos; sobre la madrugada vio a Natalia (luego que la chica hablara con un empresario que fue intensamente investigado).

Dijo que ella aceptó subir “para dar una vuelta” y que se dirigió por Ruta 10 deteniéndose en Playa Grande (frente a la ex discoteca Vértigo), donde intentó “besar y mimar” a la joven. Reconoció que ella se negó y se puso muy mal: "le dio como un ataque de asma y convulsiones”.

Narró que intentó reanimarla pero que no lo logró y que se puso muy nervioso cuando se percató que estaba sin conocimiento dentro del coche. Intentó obtener ayuda y no lo logró, por lo cual salió con destino a Punta del Este (donde su familia tenía una finca).

Sin embargo, a la altura de Portezuelo, decidió retornar hasta ingresar en la calle Laguna del Sauce donde arrastró el cuerpo (con las manos atadas para moverla con más comodidad), y se internó en un bosque de pinos para tirarlo e intentar taparlo con hojarasca.

Confesó además que desde entonces, cada día se levantaba esperando que la Policía golpeara a su puerta porque todo se había descubierto. El giro definitivo del emblemático caso, se produjo luego que los investigadores analizaran al menos 1.000 hojas del expediente.

El mismo, contenía cruces de llamadas telefónicas, mensajes de texto obtenidos en el chat de Natalia Martínez y correos electrónicos, donde comenzaron a surgir muchos nombres y vinculaciones, que nada tenían que ver con las casi 200 personas que fueron interrogadas a lo largo del proceso.

Allí figuraba también el nombre de un ex novio de Natalia de iniciales M.S., relacionado a su vez con el homicida por las actividades tunning. El comentado “auto rojo”, del que mucho se habló, era un Chevrolet Corsa, de color bordó, propiedad de Rodrigo B.B.

El baile final

Natalia Martínez había ido a la discoteca La Rinconada de Punta Fría la noche del jueves 18 de enero del año 2007, junto a 3 amigas. Sobre las 5.00 de la madrugada decidió retirarse, nuevamente junto a las amigas con las que había llegado.

Desde allí todo fue un misterio, porque luego de cruzar algunas palabras con un portero del centro nocturno, y de quedar unos metros detrás de sus amigas, desapareció. Cuando sus amigas -que habían ido a buscar el coche en el que se habían trasladado, estacionado a una cuadra del boliche-, vieron que demoraba, salieron a buscarla, pero ya no la vieron más.

Luego se supo que tras saludar al portero, Natalia se detuvo brevemente a dialogar con el comerciante de Piriápolis que paró su coche al verla, quien finalmente se supo nada tuvo que ver con lo ocurrido, y fue centro por mucho tiempo de las investigaciones.

Sus amigas declararon una y otra vez que toda la noche habían estado juntas en La Rinconada, mientras que uno de los porteros del lugar, aseguró que Natalia se retiró “normal”, es decir, sin muestras de haber bebido (al menos en exceso) o haber consumido “algo”.

Tanto ella como sus amigas eran conocidas en el boliche, porque estaban consideradas “habitué” del lugar. Luego de 3 semanas y un día de intensa búsqueda, el cadáver, en avanzado estado de descomposición, fue encontrado el sábado 10 de febrero.

Estaba en medio de un arenal y bosque de pinos, en una zona ubicada entre el arroyo El Potrero, la Ruta Inter balnearia y la Laguna del Sauce, a unos 20 kilómetros del boliche La Rinconada. El drama familiar continuó, porque años después, el padre de la chica se quitó la vida.

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