Con asombrosa frialdad, el menor narró como se produjo la muerte de Cabral, mientras mantenían una relación íntima en la casa de la víctima durante la jornada del pasado viernes. En ningún momento mostró arrepentimiento y durante la indagatoria y la posterior reconstrucción mantuvo la misma actitud.

El Juez Penal de 10° Turno de Maldonado, dispuso el inicio del proceso infraccional, por una falta gravísima calificada como homicidio especial y muy especialmente agravado en el Código Penal, para el menor de 17 años que ultimó a Marcelo Cabral Centurión, de 48 años de edad.

El magistrado, dispuso que el imputado fuera internado inmediatamente en dependencias del Sirpa “acorde a su perfil,” por el plazo de 90 días en tanto avanza el proceso. Vive a pocas cuadras de la casa de su víctima con la que mantenía algún tipo de relación íntima.

En base a las pericias realizadas en el lugar y otras diligencias, surgió que Cabral no se encontraba solo al momento de morir, sino acompañado por alguien con quien mantuvo o mantendría alguna relación íntima. En la escena del crimen se encontraron preservativos y otros elementos.

Con el paso de las horas, varias pericias coincidieron en que no sería ajeno a lo ocurrido el adolescente que vive en la calle Gregorio Sanabria, a pocas cuadras de la casa de la víctima. Su casa fue allanada, incautándose algunos efectos que fueron reconocidos como propiedad de Cabral.

Además, el análisis del contenido de un teléfono celular, fue clave ya que se encontraron mensajes que confirmaron el encuentro pactado entre quien a la postre se transformaría en víctima, y su victimario. El aparato era de Cabral y lo tenía el adolescente.

El menor fue intensamente interrogado, admitiendo con absoluta frialdad como se habían desencadenado los hechos, relato que ratificó luego ante el Juez a cargo del caso. Durante la reconstrucción de lo ocurrido, el chico se mostró de la misma forma y despejó todas las dudas.

En su casa

Marcelo Cabral Centurión, fue encontrado muerto en las últimas horas de la tarde del pasado viernes en su casa de calle Gregorio Sanabria, entre Caracara y Ceferino de la Torre, en el límite de los barrios Odizzio y San Antonio de la ciudad de Maldonado.

El cuerpo se encontraba en un dormitorio, boca abajo, en ropa interior y con un cinturón de cuero ajustado a su cuello. No presentaba otros indicios de violencia física por lo cual se descartó cualquier intento de defensa o de lucha con el presunto homicida.

Aunque inicialmente tampoco se verificó ningún tipo de desorden en el interior de la finca, el adolecente al retirarse se llevó varios efectos que posteriormente fueron encontrados en su casa durante el allanamiento, incluyendo un teléfono celular que fue clave en la investigación.

El homicida vive muy cerca de la casa de su víctima (a unas dos cuadras), se conocían, y quedó claro que ingresó a la misma con el consentimiento de Cabral ya que tampoco hubo forzamiento de ninguna puerta o ventana. Porqué sobrevino el ahorcamiento, es algo que aún no se conoce.

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