La justicia decidirá ahora el destino de la camioneta de los delincuentes enviados a la cárcel.Un argentino de 31 años de edad, fue enviado a la cárcel como autor de 8 rapiñas especialmente agravadas por la privación de libertad (copamiento) en reiteración real, en tanto el de 34 años fue imputado por 5 delitos idénticos. La madrugada del domingo pensaban dar otro golpe en Punta del Este.

El cordobés identificado como P.M.Z.C. (34) y su coterráneo D.E.F. (31), fueron enviados a la cárcel de Las Rosas imputados, el primero como autor de 8 copamientos y el segundo como autor de 5. Todos los delitos fueron cometidos desde 2012 en distintas zonas de Punta del Este.

Como lo ha informado MaldonadoNoticias, con datos exclusivos, los dos argentinos fueron detenidos poco después de la hora 3.00 de este domingo en Solanas, cuando se desplazaban hacia Punta del Este en una camioneta Chevrolet Meriva, matriculada en Argentina con la placa IIK 439.

El ingreso de los cordobeses, fue detectado el viernes pasado en el puente Paysandú-Colón, y desde allí se articuló un gran operativo de seguimiento, del que tomaron parte efectivos policiales de varios departamentos. Ese día pernoctaron en San José.

El sábado, tomaron Ruta 11, confirmándose que viajaban hacia el Este; cerca de Atlántida personal de Investigaciones de Maldonado comenzó a seguirlos, mientras se preparaban otros operativos. La orden era detenerlos sin esperar a que cometieran algún delito.

Pero no se dirigieron a Punta del Este, sino que tomaron Ruta 10 y llegaron a Piriápolis, donde cenaron en un conocido parador y luego se fueron hacia una cabaña que habían alquilado. Allí quedaron celosamente vigilados hasta que sobre la hora 3.00 se movieron.

La Chevrolet Meriva tomó Camino Los Arrayanes y luego la Interbalnearia en dirección al Este, mientras varios efectivos en distintas unidades los seguían de cerca, y en Solanas se establecía un férreo  control ya que la orden era detenerlos apenas se pudiera.

Poco antes de Solanas la camioneta se detuvo en la banquina, y fue el momento propicio para que la Policía actuara. Fueron rodeados y detenidos, tratándose de P.M.Z.C y D.E.F. En el interior del vehículo solo se encontró un destornillador y tres linternas.

Sin problemas

Apenas trasladados a Maldonado, P.M.Z.C. reconoció haber viajado en múltiples oportunidades desde el año 2012, asumiendo su participación en sonados copamientos y rapiñas que la Policía de Maldonado hasta el momento no había podido aclarar.

El paciente trabajo de investigación, comenzó a dar resultados en marzo, cuando mediante el análisis de comunicaciones telefónicas se pudo establecer que a la hora que se perpetraban los copamientos -siempre en la madrugada-, ese teléfono estaba activo.

A partir de allí se confirmó que de igual manera, este teléfono en todos los casos había estado en contacto con otros tres teléfonos celulares argentinos. Con esa información se llegó a la conclusión de que una banda argentina era la que perpetraba los copamientos en Punta del Este.

Hubo varias reuniones de coordinación con la Policía de Paysandú, la de Colón (Argentina) y Migraciones. Se creó una “alerta” de manera que apenas ingresara a Uruguay alguno de los integrantes de la banda, se radiara inmediatamente el aviso.

Eso ocurrió el viernes cuando se detectó el ingreso de los cordobeses por el puente Paysandú-Colón. Se les realizó un seguimiento hasta que en la madrugada del domingo, cuando viajaba a Punta del Este a perpetrar un nuevo golpe, fueron atrapados.

Era simple

P.M.Z.C. confesó haber participado con distintos compinches, en al menos 12 copamientos y rapiñas en Punta del Este y su entorno. Dijo que nunca se usaron armas y que en todos los casos amenazaron a las víctimas fingiendo que las tenían entre sus ropas.

Afirmó que la modalidad utilizada era el “descuido”. Los delincuentes definen así esa modalidad, cuando ingresan tarde de la madrugada en fincas donde todos sus moradores se encuentran durmiendo. En todos los casos, los hechos ocurrieron entre las 3.00 y las 5.00 de la mañana.

Dijo asimismo, que nunca planificaron un copamiento, sino que salían “a recorrer” y ubicaban sitios vulnerables mediante una cuidadosa observación de los ingresos, el movimiento y la calidad de los vehículos estacionados. Nunca sabían que valores podrían encontrar.

En todos los casos, utilizaban como base de operaciones, Piriápolis o balneario Solís, donde alquilaban apartamentos o cabañas y pasaban desapercibidos. Desde allí salían a dar los golpes y retornaban inmediatamente después de concretarlos.

Permanecían uno o dos días en la zona simulando ser turistas, en vehículos que siempre estaban limpios; es decir, sin armas ni ningún elemento como destornilladores u otras herramientas que pudieran hacerlos vulnerables ante un control policial.

Cuando los operativos policiales “se enfriaban”, retornaban a Argentina con el botín, que consistió siempre en dinero en efectivo, costosas alhajas, relojes y otros pequeños efectos de alto valor. P.M.Z.C. se dedica a la compra y venta de coches. Viajaban a Uruguay, cuando necesitaban dinero.

(Fotos: MaldonadoNoticias)

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