Este 31 de julio se celebra el Día Mundial del Guardaparques en un momento muy especial para el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) de Uruguay ya que se cumplen 10 años del ingreso de su primera área, el Paisaje Protegido Quebrada de los Cuervos.

En momentos que el SNAP crece tanto en la extensión de su territorio, como en la representación de sus objetos de conservación, el rol del guardaparques es fundamental como primera línea de cuidado de los recursos naturales y culturales de nuestro país.

Son quienes dan a conocer los valores de conservación de su lugar de trabajo con el fin de promover el cuidado de estos espacios. Para eso realizan instancias de educación ambiental, recorridas guiadas y de interpretación que permiten reconocer las especies de flora y fauna a través de la observación directa o infiriéndolas por las señales o rastros de su presencia.

Por otro lado, entre sus labores de campo se encuentra la ejecución de medidas para el manejo de recursos naturales como control de especies exóticas o restauración, la confección y mantenimiento de infraestructura liviana (cartelería, senderos, alambrados).

Además, colaboran con la generación de conocimiento e información dando apoyo al monitoreo, así como a las actividades de investigación en las áreas protegidas. Su tarea dentro de las áreas protegidas y la profesionalización de su trabajo han sido uno de los objetivos del SNAP y de los propios guardaparques.

La formación

Se puso en funcionamiento, en coordinación con la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) y la Asociación Uruguaya de Guardarques, el Bachillerato Profesional en Guardaparques, la Tecnicatura en Conservación y Gestión de Áreas Naturales y la Acreditación de Saberes para Guardaparques.

Esta formación se desarrolla en el Polo Educativo Tecnológico (PET) Arrayanes, y se toma en cuenta como preferente en el perfil de guardaparques utilizado tanto para acceder a los cargos vacantes, como para la habilitación de los integrantes del Cuerpo Nacional de Guardaparques (CNG).

Verónica Pombo es guardaparques de Laguna Garzón desde 2016. Encontrar su vocación no fue sencillo. En su búsqueda se fue acercando al cuidado de la naturaleza hasta encontrar las carreras del PET. “Estuvo buenísimo. Aprendí pila de cosas. Aprendí a ver la naturaleza con otros ojos”, dijo.

“Lo que me ayudó a definir mi carrera y mi vocación fue elegir una forma de vivir sin tener en cuenta en que podía pensar la gente o cuánta plata iba a ganar. Me siento privilegiada de haber encontrado una profesión que me permite estar en contacto permanente con la naturaleza”, reconoció.

Este año Verónica es una de las representantes de los guardaparques en la Comisión Coordinadora del CNG. Esta comisión, que está integrada por representantes de los guardaparques y del Mvotma, constituye el motor de la CNG que fue reglamentada a fines del 2015.

Gonzalo Nión, es uno de los primeros guardaparques en ser parte del CNG e integró la Comisión el año pasado. Para él “recibir la habilitación fue un orgullo ya que hay detrás muchos años de trabajo. Ahora somos parte de una figura con reconocimiento a nivel nacional que nos permite actuar en las áreas protegidas con el respaldo necesario para cumplir de manera adecuada con nuestra tarea”.

Para este año, la Comisión Coordinadora se plantea realizar actividades de fortalecimiento profesional de sus integrantes, trabajar para la habilitación de los 10 guardaparques que faltan y reconocer a través del diseño de otros perfiles al resto del personal de campo que trabaja por la conservación en las áreas protegidas.

En estos momentos, el cuerpo está integrado por 28 de ellos y están por ingresar 15 más. En total, en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, realizan labores de campo 42 personas entre las que se encuentran todos los guardaparques habilitados.

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