(ÚLTIMA INFORMACIÓN - H. 18.00)Tras el incidente ocurrido en diciembre del año pasado, uno de los manguerotes que se conectan a los buques petroleros, quedó inhabilitado mediante la colocación de una brid ciega. El operativo que se realiza es para retirar esa pieza y dejar habilitado al 100% todo el sistema de descarga entre los buques y la boya. Sobre la hora 17.30, se informó que el procedimiento fue exitoso.
Ancap emitió un comunicado dando cuenta que este viernes se están realizando maniobras en la Boya Petrolera de José Ignacio, “para restituir en un 100% su operatividad para la recepción de petróleo crudo”, lo que estaría cerrando las reparaciones tras el incidente ocurrido en diciembre de 2018.
En ente, agrega que a raíz del incidente, una de las dos líneas de manguerotes que se conectan a los buques petroleros quedó sellada e inhabilitada con la colocación de una brida ciega para su reparación. En la maniobra de este viernes se retira la brida y se restablecerá el normal funcionamiento.
Participan del operativo, personal de Ancap y de OSRO (Oil Spill Response Organization), Golantex, bajo aprobación y control de la Prefectura Nacional Naval. Ancap se compromete a comunicar la evolución de esta operación y su finalización en forma oportuna.
Sobre la hora 17.30, se informó que la operación de extracción de la brida ciega en la línea de manguerotes fue exitosa, por lo cual “la línea quedó operativa y las pequeñas perdidas de crudo que se produjeron fueron contenidas en el lugar por la OSRO bajo control de la Prefectura Nacional Naval”.
Hubo temor
El domingo 9 de diciembre del año pasado, concluyó la reparación del manguerote de la Boya Petrolera de José Ignacio que había sufrido una rotura provocando una pérdida de crudo “intermitente”, según se constató a media mañana del día anterior durante una revisión de rutina.
El lunes siguiente, se procedió a sustituir el manguerote en su totalidad para evitar futuras contingencias como la ocurrida, y que provocó un derrame de crudo cuya cantidad no pudo ser estimada, aunque fue calificada de “menor”, aunque produjo un impacto constado días después.
Cuadrillas de distintas instituciones realizaron la limpieza de las “trazas” de hidrocarburo sobre la costa, en una extensión de 2.000 metros, entre los kilómetros 177 y 179 de la Ruta 10. Además, personal especializado de Ancap realizó una inspección submarina en la boya y pruebas de presión.
Luego de la última descarga de petróleo a fines de noviembre, se registraron condiciones climáticas adversas y fuertes tormentas con olas de hasta 9 metros de altura, lo que habría ocasionado la avería constada por personal del Ancap VII durante una inspección regular.