Un grupo de expertos defiende la importancia de las formaciones vegetales plantadas desde hace siglos a la vera de las carreteras, por su valor natural, paisajístico y cultural. Recientemente se reunieron en Polonia para reivindicar su existencia.
Los expertos señalan que crean vínculos entre la ciudad y la naturaleza, protegen con su sombra del sol, alivian la dureza del hormigón y en tramos muy largos y rectos rompen la monotonía del paisaje.
Las vías arboladas ya existían en tiempos de los romanos, y en las ciudades eran conocidas como gestaciones, mientras que las calles sin vegetación eran designadas con el nombre de ambulatios.
En el siglo XVII experimentaron cierto auge, pero fue a finales del XVIII, gracias a Napoleón, cuando las avenidas urbanas y las arterias de comunicación terrestre se enmarcaron entre frondosas presencias verdes.
Hoy, sin embargo, quedan cada vez menos de esas carreteras arboladas, que podían llegar a formar auténticos túneles de follaje y solían hacer más entretenidos y llevaderos los viajes en coche.
La ampliación de las calzadas y razones de seguridad vial están haciendo desparecer de forma masiva las líneas de árboles plantadas desde hace siglos en las cunetas.
Para concienciar sobre el valor natural, paisajístico y cultural de estas formaciones vegetales e intentar frenar la tala de kilómetros y kilómetros de diversas especies, expertos en arbolado singular de 8 países europeos se reunieron en la ciudad polaca de Breslavia.
“Esas avenidas arboladas son estrechos bosques que actúan como excelentes corredores ecológicos entre zonas de gran importancia natural, pero al mismo tiempo forman parte de un paisaje tradicional que nos une con la naturaleza y nos hace mucho más agradables los viajes”, argumenta César Javier Palacios, director del proyecto LIFE+ EnArbolar, Grandes Árboles para la Vida, de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.
En su opinión, culpar a estos árboles de la peligrosidad en algunas carreteras “es una idea que no se sostiene, cuando estas vías están igualmente rodeadas de todo tipo de construcciones, desniveles y obstáculos”.
Frente a ello, el manejo cuidadoso de los mismos, recuperando la señalización de sus troncos con pinturas reflectantes, así como controles rigurosos de velocidad, permitiría a los conductores poder seguir disfrutando del placer de circular sin riesgos bajo un dosel arbolado.
Compañeros de viaje
La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente forma parte del European Avenue Working Group (Grupo de Trabajo de las Avenidas Europeas) y acudió a Breslavia invitada por la ong polaca Fundación para el Desarrollo Sostenible.
Allí explicó en el National Tree Friends Forum (Encuentro Nacional de Amigos de los Árboles) el proyecto EnArbolar, que su objetivo es divulgar la importancia del arbolado singular, algunos de cuyos representantes son los últimos supervivientes de antiguas plantaciones viarias.
La Fundación para el Desarrollo Sostenible también desarrolla un proyecto LIFE+ bautizado con el nombre de Roads of Nature (Carreteras de Naturaleza) dedicado a la conservación de las vías arboladas y que incluye, entre otras acciones, la plantación de árboles en las fronteras entre países para que las avenidas vegetales unan ecosistemas y personas, en lugar de separar pueblos.
La Unión Europea considera muy interesantes este tipo de encuentros entre promotores de proyectos semejantes en diversos países, que alientan el intercambio de experiencias y la búsqueda de objetivos comunes.
En la reunión de Breslavia, además de representantes de Polonia y España, se contó con la presencia de responsables de organizaciones conservacionistas procedentes del Reino Unido, Francia, Suecia, Alemania y Rusia.
Uno de los principales acuerdos suscritos ha sido el de publicar un libro donde se aporten razones científicas y emocionales para proteger este patrimonio. El capítulo dedicado a la situación en España ha sido encargado a la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.
(Fuente: ecoavant.com)