Beatriz Chomnalez, abuela de la adolescente asesinada el 28 de diciembre pasado entre Barra de Valizas y Aguas Dulces, no descarta ninguna hipótesis. Aunque dijo que la justicia uruguaya es lenta, está esperanzada en que llegue al responsable, y tendió un manto de dudas sobre la madrina de su nieta y el esposo.
Este 28 de febrero se cumplieron dos meses de la muerte de Lola Chomnalez (15), la adolescente argentina que había llegado a Barra de Valizas (departamento de Rocha), a pasar unos días junto a su madrina, el esposo de ésta, un hijo adolescente de la mujer, y una pequeña hija de la pareja.
En un caso que ha tenido una gran repercusión mediática, y que aún no pudo ser aclarado, por más que el Ministerio del Interior de Uruguay volcó sus mejores recursos humanos y tecnológicos para hacerlo, el entorno familiar sigue jugando un rol clave para muchas partes.
Su abuela, la reconocida chef Beatriz Chomnalez, concedió una entrevista al diario argentino Perfil, en la que emocionada reveló que está haciendo un libro para la familia, con “unas cartas que escribió ella (Lola), que son hermosas”, conteniendo testimonios de gente que la conoció desde el jardín de infantes.
Pero entrando al caso concreto del asesinato de su nieta, dijo confiar “en la Justicia del hombre y, sobre todo, en la de Dios. El culpable tiene que pagar en vida. Esto nos llenó de odio. Los asesinos están sueltos, disfrutando de la vida, del sol, del día... Y mi nieta muerta”.
Fue cuando dijo que la justicia uruguaya es muy lenta, y criticó que “importan los derechos humanos o no herir a alguien, pero no la muerte de Lola. Hay incongruencias”. Luego, se centró en el núcleo familiar al señalar que “todo el mundo cree que fueron los familiares, los que estuvieron ahí con ella”.
Respecto a la madrina y su esposo, Beatriz Chomnalez, reconoció que cuando se produjo la muerte de Lola, su hijo Pedro le dijo “que no le gustaba nada esa gente”. Aclaró que ella no tenía tanto trato con ellos “pero mi hijo tenía una amistad de 20 años con la madrina”.
“Sé que son gente conflictuada y que se llevaban muy mal. La última vez que los vi fue el 4 de noviembre en el cumpleaños de 15 de Lola. Ella había aumentado 25 kilos y no se la veía feliz al lado de él. Y Lola era una belleza”, recordó la abuela de la adolescente asesinada.
Pero centró más su desconfianza en torno a la madrina de Lola y su pareja, al considerar: “Yo quisiera que (el asesino) fuera un uruguayo, pero no creo. El único delito grave que se recuerda en Valizas es el robo de una bicicleta hace 10 años y que no encontraron al ladrón”.
(Foto: Juan Obregón/Perfil)