La justicia procesó con prisión a un individuo de 29 años de edad, que habría estado presente en el momento que acribillaron a balazos a Sebastián “Calavera” Fernández, la última Noche Buena en el barrio Maldonado Nuevo. Al procesado le imputaron un delito asistencia al suministro de estupefacientes.

La jueza penal de 4° turno de Maldonado, envió a la cárcel a Richard Fabián De los Santos Correa (29), imputado por un delito de “asistencia a la actividad delictiva de suministro” (de sustancias estupefacientes), contemplado en el Artículo 57 de La Ley N° 14.294.

De los Santos Correa, cayó en medio de las actuaciones que lleva a cabo personal de Investigaciones de la Policía de Maldonado, en procura de esclarecer el asesinato de Sebastián “Calavera” Fernández, asesinado a balazos la noche del 24 de diciembre pasado.

Según pudo saber MaldonadoNoticias, el ahora procesado se encontraba esa noche en la boca de venta de drogas a la que concurrió Sebastián Fernández, encontrando la muerte cuando un desconocido cubriendo su rostro con una careta, le descerrajó 4 disparos.

La Policía pudo avanzar algunos pasos en este caso que se tornó difícil de aclarar, por el pacto de silencio que sin dudas aceptaron varias personas que saben muy bien lo que ocurrió aquella noche. Uno de los que puede saber más, es justamente De los Santos Correa.

Aquel homicidio

Sebastián Fernández Cabrera (26), apodado “Calavera”, fue ultimado de 4 balazos efectuados por un desconocido que lo atacó en el interior de una finca de la calle 7 del barrio Maldonado Nuevo, poco antes de la hora 23.00 de la Nochebuena pasada.

Desde Navidad, la Policía trabajó intensamente en el caso, deteniendo a una importante cantidad de personas; pero poco surgió de los distintos procedimientos, ya se encontró una especie de “pacto de silencio”: nadie sabía nada, y nadie había visto nada.

“Calavera” Fernández fue al lugar donde lo balearon de muerte, porque estaría vinculado a la venta de drogas, y alguien de otro bando lo estaba siguiendo. No sería un desconocido quien le descerrajó los 4 balazos que le segaron la vida, por eso se colocó una careta.

Ni indagados ni detenidos dijeron que en el lugar del homicidio funcionaría una boca de venta de drogas; sin embargo alguien pudo haber huido de allí tras el hecho de sangre, llevándose eventualmente droga, dinero y el arma homicida, algo de lo que ahora quedó probado.

La Policía no pudo encontrar nada; tampoco la careta utilizada por el asesino y menos aún el revólver calibre 38 que seguramente pasó de mano en mano y quedó fuera del alcance de la investigación. Las armas homicidas “queman” por lo cual se descartan rápidamente de ellas.

A Sebastián Fernández lo habrían mandado matar para “marcar” territorios; no debería dinero a nadie pero vendería para alguien. Hubo algunos episodios días después del homicidio que revelaron algo de esas disputas. Vivía muy cerca del lugar donde lo ultimaron.

Quedó claro que hay varias personas que sabrían cada detalle de lo ocurrido; sin embargo, cuando llegó la Policía no había nadie y posteriormente nadie testificó nada. Allegados, lo defendieron en redes sociales, por buen amigo y por ser muy solidario con otras personas.

Según fuentes consultadas por MaldonadoNoticias, el esclarecimiento del asesinato solo podrá lograrse si alguien “se abre” o comete el error de hablar del tema en alguna parte. Al día siguiente del homicidio, hubo episodios y movimientos amenazantes e intimidatorios de individuos considerados pesados.

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