La opinión es unánime: quienes conocieron desde siempre a Pablo José García Cejas (33), jamás imaginaron que pudiera transformarse en un homicida casi serial, que pasará a la más triste historia policial de Maldonado. Mató violentamente a tres personas en dos meses y medio. Parece haberse inspirado cuando le pagaron por la primera muerte.
Todos quienes conocieron desde joven al hombre que confesó haber matado a tres personas entre el 2 de abril y el domingo 14 de junio, coinciden en que era un muchacho como tantos, además, absolutamente alejado de los malos hábitos y las juntas de dudosa reputación.
Su padre, ha insistido este martes que su hijo no mató a nadie, que las tres muertes las provocó la droga. En ese mundo había caído este individuo que actuó con salvajismo y saña en cada una de las tres muertes que ocasionó, y por las que irá a la cárcel por largo tiempo.
Su padre, ha insinuado que detrás de Pablo hay algo mucho más grande que se deberá averiguar, en un habitual reclamo de quien no reconoce que más allá de la droga y de quienes eventualmente puedan estar detrás, mató salvajemente a dos mujeres y un hombre.
A Alejandro Von Graevenitz, de 58 años de edad, lo ultimó de varios “fierrazos” en la cabeza, en el establecimiento de la víctima dedicado al cultivo de arándanos, a la altura del kilómetro 106 de la Ruta Interbalnearia, a pocos kilómetros del paraje La Capuera.
A Koni Silva, de 19 años de edad, en otro arrebato de salvajismo, la ultimó de varios golpes en la cabeza, propinados con una piedra. Esto ocurrió una semana atrás en una cabaña de la zona conocida como Cerro de Rivero, en el balneario rochense de Punta del Diablo.
A Claudia Von Graevenitz, de 56 años de edad, la ultimó de varias puñaladas y un profundo corte en el cuello, en el chalet “Los Picaflores”, ubicado en el barrio Lido de Punta del Este. Allí durante el verano funcionó un hostel, pero ahora la casa estaba cerrada y a cargo del asesino.
Muy turbio
Más impresionante es la forma en que comenzó esta saga de muerte, un individuo que más allá de la incidencia de las drogas que consumía desde un tiempo a esta parte, tiene otros ribetes tenebrosos que lo vinculan a un triángulo de muerte y dinero, con los hermanos Von Graevenitz.
La muerte de Alejandro, se produjo por encargo de su hermana Claudia, con quien solía tener algunas diferencias que los llevaban a tener discusiones muy ásperas de las que hubo varios testigos. Claudia convenció a Pablo García para que lo matara y lo sacara del medio de los negocios.
El asesino aceptó la oferta, y a cambio de unos US$ 5.000, en las primeras horas del jueves 2 de abril fue hasta el establecimiento del kilómetro 106 de la Ruta Interbalnearia, decidido a terminar con la vida del productor de arándanos que, murió horas más tarde en el hospital de Pan de Azúcar.
Tal fue el agradecimiento de Claudia hacia Pablo García por haber cumplido su trabajo a la perfección, que a pesar de todas las sospechas que recayeron sobre él y las dos veces que fue indagado por la Policía de Maldonado, que lo dejó como casero o encargado de “Los Picaflores”.
Pablo García era el encargado de vigilar la finca (hoy deshabitada), encender las luces exteriores al anochecer y apagarlas a la mañana siguiente, entre otras cosas. Por eso tenía acceso a la finca donde este domingo y tras una fuerte discusión, también terminó matando a Claudia Von Graevenitz, a puñaladas.
En medio estuvo el horrendo crimen de la joven Koni Daian Silva, que no tuvo absolutamente nada que ver con los dos anteriores, pero que sí muestra la agresividad de Pablo García, quien además supo explotar las diferencias entre su físico y el de sus víctimas.
A Koni Silva le había pagado para que lo acompañara a pasar unos días en una cabaña de Punta del Diablo. La había conocido en uno de los prostíbulos más famosos del Uruguay y literalmente se había enamorado de ella. En medio de una discusión, la mató.
Koni fue brutalmente golpeada en la cabeza con una piedra de gran peso; su asesino no hizo nada por borrar pruebas, como en los otros casos; apenas descubierto el cuerpo fue el primero en ser buscado. Tras varios días de búsqueda y persecuciones fue detenido.
Estaba este lunes en la casa de sus padres en la zona de Ocean Park; cuando fue detenido, descansaba sin estrés junto a una estufa luego de haberse bañado. Sus padres sabían que era buscado por la Policía desde el pasado sábado, y no estaban amenazados como se mencionó.
La Policía recibió datos concretos en las últimas horas de este lunes, y llegó sigilosamente a la zona y con todas las precauciones del caso. Cerraron todas las calles cercanas y rodearon la casa de los padres del triple asesino. No tuvo otra alternativa que entregarse.
(Foto: El Observador)