El jueves de la semana pasada, Lucía Díaz (27) salió de su casa en el barrio La Loma y nunca más volvió. Su cadáver fue encontrado casi 24 horas después debajo de unos arbustos a pocas cuadras de su casa; la habían estrangulado con su propio pañuelo. No hay detenidos, solo presunciones y muchas hipótesis.

En las primeras jornadas, fueron detenidos, incomunicados, interrogados y llevados ante la justicia, cinco hombres. Vencidos los plazos legales todos recobraron su libertad, aunque los últimos dos quedaron en calidad de emplazados.

Todos habían tenido algún vínculo sentimental o al menos amistoso con Lucía Díaz, una joven de 27 años de edad, madre de un pequeño de 2 años y estudiante de educación inicial. Solo no la conocía el indigente que encontró su cuerpo.

La Policía de Maldonado y en gran medida la justicia, están con las manos atadas, pues una serie de pericias científicas aún no han arrojado resultados, o al menos esos resultados no se han remitido a Maldonado. En esas pruebas puede haber respuestas.

Se espera por las pericias al pañuelo de Lucía; quien la mató, tocó firmemente esa prenda que le colocó en el cuello por la espalda y la torneó hasta dejarla sin vida. Fue alguien con fuerza como para reducirla; o tal vez participó más de una persona en ese momento.

No quedan dudas que Lucía fue ultimada muy cerca de donde apareció su cuerpo, el que arrastraron hasta los arbustos donde fue encontrado. Si la ultimaron tan cerca, es probable que haya sido en el interior de un automóvil, no a la vista de quienes pudieran pasar por la zona.

En este plano, adquiere vital importancia una versión que fue cobrando fuerza a medida que pasaron los días. Hubo testigos de que sobre la hora 22.00 del jueves 9, Lucía estuvo discutiendo en la esquina cercana a su casa, con una o dos personas que estaban en un coche.

Una hora después, salió de su casa con las llaves de la misma y un teléfono celular, presuntamente para comunicarse con su padre que está en el exterior. Ese aparato y las llaves de la casa, no aparecieron en ninguna parte.

Una de las dudas que surgió, es si realmente Lucía salió en busca de esa conexión de Internet, o fue lo que le dijo a su madre, para no revelar que había quedado de encontrarse con alguien. Esta diferencia puede resultar sustancial para llegar al asesino.

Lo último puede haber ocurrido, y es tal vez por lo cual no hubo testigos de algo anormal en ese tramo de la calle Guyanas que, registra un movimiento relativamente importante porque es la conexión entre la avenida Camacho y el cercano Sanatorio Mautone.

Por el lado de la avenida Roosevelt, a unos 30 metros de donde fue abandonado el cuerpo, hay una de las estaciones saludables para realizar ejercicios físicos al aire libre. No aparecieron eventuales usuarios que hayan visto algo extraño a tan corta distancia.

Además del resultado de las pericias al pañuelo de Lucía, se esperan los de los ADN de los cinco hombres que estuvieron detenidos en carácter de sospechosos, así como muestras tomadas de debajo de sus uñas y de otras partes del cuerpo y prendas de la víctima.

En primera instancia la investigación se centró en su círculo más inmediato, pero ahora se podría ampliar en base a datos que surjan de otras pericias; por ejemplo a las de un teléfono celular que dejó en su casa (el que llevaba era solo para comunicarse con su padre) y una tableta.

(Foto: MaldonadoNoticias)

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