A raíz del caso Gabriel Pérez, han surgido reacciones tanto individuales como colectivas, que han revelado que éste no sería el único caso de detenciones ilegales realizadas por personas que también viven en la zona, tres de las cuales este miércoles deberán responder ante una Fiscalía de Maldonado.

 

Vecinos de diferentes localidades de la región de Laguna del Sauce, se reunieron en el espacio cultural El Nido de La Capuera, para reflexionar y tomar postura sobre los actos de violencia “cometidos contra tres ciudadanos, siendo uno de ellos vecino de la zona”.

Tras la discusión de diferentes aspectos, en un documento sintetizaron el sentir de los vecinos, que invitan a llamar “a una reflexión colectiva acerca de las bases socioculturales que sustentan estos actos de violencia, y las raíces del principal crimen cometido por muchos de quienes los sufren: ser pobres, o parecerlo”.

Lo destacado

En el comunicado, destacan el factor “apariencia”, porque los casos de los últimos tiempos son justamente de personas que “aparentan ser lo que no son”, lo que se entiende, “se ve potenciado por la ley de urgente consideración (LUC)… que avala la estigmatización y criminalización de los sectores más vulnerables de la sociedad como lo es la clase trabajadora”.

El resto del comunicado establece textualmente lo siguiente:

“Deseamos problematizar muchos de los dichos que hoy por hoy circulan en la prensa, y que entendemos que simplifican de manera extrema por un lado, lo sucedido en la región, y por otro, la realidad sociocultural de este y otros entornos.

Entendemos que primero para comprender en su cabalidad la epidemia de miedo y la naturalización y legitimación de la violencia hacia el otro que hoy por hoy estamos sufriendo, necesitamos deconstruir ciertas categorizaciones y divisiones reduccionistas de nuestra sociedad.

El miedo circula en todas las clases sociales, el deseo de tener y proteger la propiedad privada es lo primero que se defiende y se entiende como defendible, muchas veces por encima de la vida misma. Las raíces de esta violencia se anclan en la frustración, en la alienación, en la fragmentación muchas veces creada y/o perpetuada por poderes que trascienden al ciudadano común, porque la integración no es conveniente cuando lo que se busca es la dominación.

● Cuestionar a nivel macro el proceder policial, no empleando como chivo expiatorio a los funcionarios que ese día estaban en el destacamento, sino a nivel profundo, guiándonos por preguntas que gran parte de la población se está realizando: ¿por qué el destacamento recibió a una persona con claros signos de haber sido violentado, sin cuestionar a quienes lo trajeron y dejándoles ir sin ningún inconveniente? ¿por qué las personas que torturaron impunemente a otros individuos, están libres y no se les ha aplicado ninguna medida cautelar? ¿Cómo puede ser que una persona que circula tranquilamente por la calle pueda considerarse peligrosa, mientras que individuos que cometieron actos de tremenda violencia circulen ahora ellos con total libertad?.

● Entendemos fundamental darle apoyo a la persona que fue crudamente violentada y en quien las consecuencias de lo sufrido están hoy por hoy manifestándose y limitándose en su día a día. Sin embargo, queremos llamar la atención en lo reiterativo de estos actos, según ha trascendido por los propios vecinos. ¿Si esto ya había sucedido antes, por qué la prensa no estuvo en esos casos también? ¿por qué los vecinos no manifestaron su indignación anteriormente? No queda claro si todo esto se destapa a raíz de este caso particular, o es algo que ya muchos conocían ante lo que, sin embargo, no habían reaccionado.

Comprendemos y compartimos la solidaridad frente a una persona de la que se resalta su civismo y buena vecindad. Sin embargo, no podemos evitar preocuparnos porque lo que se resalte del hecho sea principalmente esto, que se atacó ´a alguien que no había robado nada´.

Nos preguntamos: ¿si hubiera robado, los actos criminales sufridos serían justificables? ¿No estamos habilitando, a través de esa narrativa, a darle cabida a estos actos de justicia por mano propia, en situaciones en las que aparentemente, por falta de respuestas estatales, ´se justifica´? ¿qué pasa con las personas que anteriormente sufrieron estos actos de violencia? ¿En qué condiciones se determinó su ´culpabilidad´? ¿qué garantías legales los ampararon en las situaciones vividas y en los casos que tomaron ese camino, en sus condena?.

Entendemos que el cuestionamiento debe ser profundo y estructural.

● Consideramos que es fundamental para el resguardo de la convivencia y los derechos de todes buscar soluciones en clave regional, trascendiendo las fronteras que se nos imponen y nos imponemos, tanto a nivel físico como simbólico. Convocamos a vecines (sic) de la región a intercambiar y construir juntes (sic) la comunidad que queremos, rebelándonos de la mejor manera posible, abrazando nuestra diversidad con equidad”.

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