Profesionales de distintas áreas, comerciantes y vecinos, han desatado la polémica tras la presentación de un proyecto que, además de incluir la recuperación del emblemático hotel San Rafel de Punta del Este, contempla la construcción de la torre hasta ahora más alta del Uruguay: un rascacielos de 300 metros de altura.

No todos coinciden en que una inversión de US$ 420 millones es necesariamente lo mejor para Punta del Este, independientemente de las fuentes de trabajo que puede generar y la dinamización que provocaría en una amplia zona del principal balneario uruguayo.

Cabe aclarar que, el proyecto presentado días atrás por el arquitecto Rafael Viñoly y el empresario hotelero Giusseppe Cipriani para el hotel San Rafael y el amplio terreno que lo rodea, está lejos de ser aprobado y debe recorrer un largo camino a nivel departamental y nacional.

Sin embargo, no son pocos quienes ya se han hecho una composición de lo que la estructura significará en el paisaje costero de la península. El proyecto contempla la recuperación del edificio del San Rafael, pero también la construcción de otras estructuras edilicias, una gigantesca.

Multitudinario apoyo

Mientras distintos actores de todos los ámbitos van fijando posición, en una de las plataformas de peticiones más grande del mundo (change.org), se inició una recolección de firmas rechazando el mega proyecto, que la noche de este viernes ya supera las 10.100 adhesiones.

La petición rechaza el rascacielos “3 cuadras para arriba”, así como el puente techado hacia la playa, porque San Rafael “es un barrio residencial” y en Punta del Este “no podemos permitir que se acepte esto! ¡Hoy en día esto no está contemplado en ninguna normativa, debemos entre todos detenerlo!”, dice.

Algunos profesionales y autoridades como la Ministra de Turismo Liliam Kechichian, no han aventurado una opinión definitiva; en tanto, por un lado, hay quienes reconocen la jerarquía del arquitecto Rafael Viñoly, y por el otro quienes dudan de semejante inversión y el porqué en Punta del Este.