Pese a que hay medicación disponible para todos, de las 11.500 personas diagnosticadas con VIH en 2018, unas 8.100 se encuentran bajo tratamiento, 1.000 más que en 2017. Los expertos aseguran que el estigma perdura y no les permite acercarse a un servicio de salud. El año pasado se diagnosticaron 988 nuevos casos.

 

Cómo cada 29 de julio, Día Nacional del VIH Sida, el MSP organizó una jornada de reflexión con la presencia del titular de la cartera, Jorge Basso y otras autoridades de la cartera; el representante de la OPS en Uruguay, Giovanni Escalante y el asesor del Fondo de Población de Naciones Unidas, Juan José Meré.

De 11.500 personas diagnosticadas, 8.100 están en tratamiento. En 2017 eran menos de 7.000. La responsable del Área Programática ITS Sida del MSP, Susana Cabrera, destacó que toda persona que requiera los medicamentos puede acceder sin costo en el sector público y con un ticket moderado en el privado.

La tendencia de diagnósticos venía en descenso, pero en el último año creció. Esto se explica en la realización de 130.000 test de detección más que en 2017. “Si calculamos el número de personas que diagnosticamos con respecto a los test hechos, veremos que se mantiene el mismo porcentaje”, indicó.

El grupo etario en el que más aumentaron las infecciones es el de entre 15 y 24 años. Para revertirlo se evalúa la estrategia de prevención porque “ya no alcanza con hablar solo del condón, que es el método ideal de prevención. Es importante seguir teniéndole respeto al VIH para evitar la infección”, agregó Cabrera.

Por otra parte, la funcionaria informó que ya existen métodos alternativos considerados innovadores que se deben comenzar a contemplar, como por ejemplo el uso de fármacos antirretrovirales orales (pastillas), para lo que se llama “prevención combinada”.

Esta modalidad es para poblaciones con mayor exposición vinculada a sus prácticas sexuales, más que por la identidad de género o la orientación sexual. “Hay varones gays que tienen más probabilidad de tener VIH porque tienen múltiples parejas sexuales, lo mismo que puede ocurrir entre mujeres heterosexuales”, aclaró.

Puso como ejemplo de estos casos las personas que no tienen pareja estable y no usan siempre preservativo, quienes están en situaciones de abuso y no pueden negociar el uso del condón.

Si bien la medicación está en el país, y se utiliza en el grupo de mujeres embarazadas con parejas serodiscordantes, los programas aún no están implementados, pero se trabaja en su planificación. “No es una prestación, pero la persona lo puede adquirir a nivel privado”, aclaró.

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