La Federación Médica del Interior (Femi), fue recibida por el presidente de la República, Luis Alberto Lacalle, para transmitirle la postura de 22 gremiales médicas de todo el país frente al recrudecimiento de la pandemia. Durante el encuentro, valorado como muy fructífero, los médicos presentaron algunas medidas que se podrían adoptar y le ofrecieron colaboración en distintas áreas.

 

En sus planteos, los dirigentes de Femi, sostuvieron que se basan en la cantidad de casos activos que hay actualmente en el interior, superando a los de Montevideo, y en la cobertura regional tras haber analizado por separado las preocupaciones de sus colegas en distintos puntos del país.

“No es nuestro estilo interferir en las decisiones de política de Estado, pero queremos aportar desde nuestro conocimiento de territorio para que el gobierno pueda tener sobre la mesa todas las alternativas e información disponible”, aclararon tras el encuentro.

Insistieron que la aplicación de medidas para reducir la movilidad “era imperiosa, por eso lo hicimos público, respetando el clamor y sentir de nuestros colegas en el plenario médico nacional”, por lo cual consideran adecuada las últimas medidas adoptadas por el gobierno nacional.

Sin embargo, acotaron que preocupan algunas realidades particulares por lo que el gobierno nacional y los departamentales correspondientes no deberían descartar “medidas más profundas”, ya que, “es posible que para algunos territorios las medidas anunciadas no sean suficientes”.

Femi cuenta con información sobre la realidad de diferentes lugares del interior, respecto a demoras de hisopados (en algunos lugares los resultados demoran incluso más de una semana), limitaciones en la capacidad de respuesta e incluso algunas debilidades del sistema.

Respecto a esto último dijeron que los médicos que están en cuarentenas preventivas o infectados, “merman la capacidad de atención”, y que en el último año, en el sistema de prestadores privados del interior hubo, en promedio, 96 médicos ausentes por mes por Covid-19 o cuarentenas preventivas.

Pero en la última semana ese número ascendió a 122. “De los poco más de 3.000 médicos que trabajan en los prestadores privados del interior, en el último año hubo 1.151 que no pudieron trabajar en algún momento, por coronavirus o aislamientos de precaución”, advirtieron.

Durante el encuentro con el presidente de la República, también expresaron su preocupación por los niveles de movilidad que se pueden registrar durante Semana de Turismo, porque entienden que “los niveles de percepción de riesgo de la población son bajos”.

Estiman que el cierre de los centros termales puede generar un corrimiento de la movilidad, “y los departamentos que hoy están en naranja (Colonia, Maldonado y Rocha), van a recibir muchos visitantes”, lo que traducido significa que el problema solamente se estaría cambiando de lugar.

Las propuestas

En ese sentido, se le propuso al presidente, que considere la posibilidad de “reducir” las posibilidades de ocio nocturno en Semana de Turismo. “En el interior, en los lugares de comida y sin tapabocas, los contagios son incontrolables”, así como como una adecuación del Primer Nivel de Atención (RAP).

Advirtieron sobre el problema en el Norte del país donde la capacidad de testeo del CENUR “está desbordada”, y solo se procesan 100 test PCR por día de Salto, Río Negro y Artigas. “Asse se comprometió a comprar un robot que aumentaría esa capacidad de testeo de 100 a 300 PCR por día”, pero el equipo no llegó.

Aseguran que entre las mayores preocupaciones que hay entre los médicos del interior, se destacan: la fatiga, el desgaste, y la sensación de desborde inminente; esto, independientemente del anuncio realizado sobre el aumento de la capacidad con 129 nuevas camas de CTI.

Además, presentaron una propuesta para robustecer la red de traslados mediante las unidades del SAME apostadas en los ejes de ruta, al tiempo que alertaron sobre dificultades en el envío de las muestras a los laboratorios, “al no haber previsto trasporte diario de las mismas”.

En cuanto al plan de vacunación, remarcan que “es difícil para el grueso de la población rural agendarse (señal débil de internet, poca habilidad para la navegación en la web, situación socioeconómica carencial)”, a lo que se suma la concurrencia a los vacunatorios, que en algunos casos están muy distantes.

Entienden que una solución sería darle a cada RAP la independencia de complementar el sistema de agendas con equipos móviles y aprovechar el personal de las policlínicas rurales, incluso al personal de enfermería para aumentar la velocidad de vacunación.

También, ofrecieron colaboración “para que se logre concurrir con un equipo móvil de vacunación a poblaciones seleccionadas con una estimación del número de dosis necesarios de cada tipo de especialidad vacunal”, previa coordinación con la RAP o IAMC local por posibles urgencias.

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