La situación del centro de reclusión de Maldonado llegó a su punto de máxima tensión en las últimas horas de la tarde de ayer, cuando hubo un “golpeteo” intenso para llamar la atención de las autoridades y quema de algunos colchones y residuos. Las máximas autoridades del INR se han hecho presente en el lugar y procuran atender las demandas de internos y familiares.

El director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Luis Mendoza, se hizo presente en la cárcel de Las Rosas la tarde del domingo para atender en situ la situación de tensión que se estaba viviendo desde el sábado, y retornó la mañana de este lunes para dirigir una serie de acciones.

En diálogo con el periodístico Frecuencia Abierta de Aspen FM de Punta del Este, Mendoza dijo que el domingo se reunió con delegados de los sectores y les explicó que algunos de los problemas planteados no son de fácil resolución en virtud de la situación sanitaria que se está atravesando.

Respecto al interno fallecido el sábado, reiteró que por el momento -aunque falta conocer el resultado de la autopsia- no hay ningún indicio de que estuviera padeciendo Covid-19. Sus compañeros de celda dieron el alerta cuando lo llamaron para almorzar y no respondió.

Todos los compañeros de celda del fallecido, un hombre de 43 años que purgaba pena por delitos de violencia doméstica, fueron inmediatamente sometidos a test rápidos que arrojaron resultado negativo. Los relevamientos primarios no detectaron signos de violencia en el cuerpo.

Sobre la higiene, Mendoza explicó que hay imágenes de “pasillos técnicos” (se encuentran en medio de los distintos sectores) con gran cantidad de residuos que son lanzados por los propios internos desde el interior de las celdas, antes de que los fajineros realicen la limpieza regular.

En cuanto a la alimentación, “dentro de nuestras posibilidades está bien”, aseguró Mendoza, aunque admitió que como en muchas ocasiones, los internos plantearon que es insuficiente y volvieron a pedir autorización para elaborar la comida dentro de las celdas, lo que no está permitido.

Luis Mendoza explicó que es un viejo pedido, pero que el principal motivo para no autorizar la elaboración de alimentos dentro de las celdas, es porque se podrían generar sobrecargas en las instalaciones eléctricas con el consiguiente riesgo de incendio, lo que se quiere evitar.

Mendoza agregó que paulatinamente se van realizando obras en Las Rosas, en procura de mejorar instalaciones fundamentalmente de la vieja cárcel, ya que preocupa el número de internos que ronda los 1.000. Un pequeño sector refaccionado aloja ahora a personas con Covid-19.

Respecto a las versiones sobre un motín o inicio de un motín el domingo a última hora, Mendoza afirmó que no existió, aunque confirmó que reclusos del Sector G iniciaron un “golpeteo” para llamar la atención, al que se sumaron otros sectores, pidiendo el aislamiento de los infectados.

Sanidad Policial está trabajando intensamente en el establecimiento, terminando de realizar los test rápidos a toda la población carcelaria, y dándole prioridad a quienes estuvieron en contacto con los positivos; además, se suspendieron los traslados de reclusos de otros departamentos u otras cárceles.

Los positivos al Covid-19, están alojados en el Sector 4, refaccionado hace poco tiempo; cuenta con baños y un patio interno con muy buena ventilación y estaba destinado a internos que salen “en comisión”, es decir que realizan actividades en la cocina, la huerta o la fábrica de bloques.

Allí están alojados la mayoría de los afectados, en tanto otros 11 están aislados en el Sector 6. En los módulos 4 y 5 están quienes trabajan en la cocina y ya fueron testeados con resultado negativo; el resto de los sectores, está con la movilidad totalmente restringida.

Cabe agregar que, la cárcel de Las Rosas se mantuvo por más de un año libre de Covid-19 lo que confirma la aplicación adecuada de los protocolos y los estrictos controles que se aplican. Por otra parte, entre 24 y 26 de marzo, el 98% de los internos recibió la primera dosis de la vacuna contra el Coronavirus.