La Comisión Nacional Asesora de Vacunas y el Grupo ad hoc, emitió un informe, en el que se revelan datos de distintos informes sobre la marcha de la vacunación en Uruguay y el resto del mudo, así como la efectividad y efectos.

 

El informe explica que en el marco de la emergencia sanitaria global dada por el SARS-CoV-2, en Uruguay desde el 27 de febrero de 2021 se desarrolla una campaña de vacunación intensa que ha sido definida en un plan estratificado por grupos prioritarios, que involucra 3 plataformas vacunales.

La mayor cantidad de inoculaciones se ha realizado con CoronaVac del laboratorio chino Sinovac (virus inactivado), luego con la vacuna de  Pfizer/BioNtech (ARN mensajero transportado en micropartículas) y en mucho menor medida con AstraZeneca (Vector adenoviral no replicante).

Esta situación sanitaria sin precedentes, admite el informe, ha generado una gran incertidumbre razonable en la población, debido a la rapidez de la disponibilidad de las vacunas, sumado a una sobrecarga de información derivada de la globalización y los múltiples reportes vinculados a las mismas.

En cuanto a la seguridad de las vacunas, se explica que se mide a tiempos cortos en los ensayos clínicos previos a su aprobación, y a largo plazo en el contexto de la vigilancia de aparición de efectos adversos que se realiza en forma permanente una vez que la vacuna se empieza a aplicar en poblaciones abiertas.

En ese sentido estas vacunas ya llevan más de un año de aplicación (comenzando con los ensayos clínicos) y al 19 de mayo 2021 ya se han administrado más de 1.500 millones de dosis (con 365 millones de personas completamente vacunadas), con un seguimiento de efectos adversos constante que reafirma su seguridad.

Además, hay cada vez más datos de eficacia y efectividad para las 3 vacunas que se administran en nuestro país en adultos mayores de 65 años y en personas con comorbilidades; hay estudios de inmunogenicidad, eficacia (estudios de fase III) y efectividad (la vacuna aplicada en condiciones reales) para dos de ellas.

En el caso de las vacunas de Pfizer- BioNTech y AstraZeneca, muestran resultados similares que en la población de personas menores de 65 años, con muy buenas tasas de protección. Para la vacuna CoronaVac, se observa en estudios de fase I/II/III inmunogenicidad conservada en esta población.

Datos de efectividad provenientes de Chile donde se vacunó en un escenario de alta actividad epidémica, fundamentalmente a grupos susceptibles (mayores de 60 años y con comorbilidades), muestran que la vacuna protege contra la infección sintomática y las formas más graves.

Para el grupo de pacientes con inmunosupresión severa (trasplante de órganos, tratamientos inmunosupresores en enfermedad autoinmunes o cáncer activo) existen datos, que, al igual que con el resto de las vacunas regulares, la inmunogenicidad y la duración de los anticuerpos pueden ser menores.

Diferentes estudios de aplicación de las vacunas en Israel, Reino Unido y Estados Unidos, han mostrado que la vacuna de Pfizer disminuye la transmisión viral en más de un 70% con una dosis y por encima del 80% luego de la segunda dosis, mientras que para la vacuna de AstraZeneca, de más del 50%.

En cuanto a la eficacia/efectividad para prevenir hospitalizaciones y muerte por Covid en adultos mayores de 65 años, en el caso de las 3 vacunas, se han reportado en estudios internacionales valores altos, alcanzando porcentajes que rondan entre 85 y 95% de efectividad vacunal.

Respecto a la duración de la inmunidad, los estudios en pacientes que cursaron la infección y en individuos vacunados muestran que la inmunidad al Coronavirus persiste al cabo de 6 meses disminuyendo lentamente, con una fuerte presencia de células B y T de memoria, lo que permite concluir que podría durar aún más.

Las contraindicaciones absolutas se basan en 2 aspectos fundamentales: historial de reacción alérgica grave (p. Ej., Anafilaxia) después de la 1ª dosis o registrar un antecedente de alergia a los componentes de cualquier vacuna Covid-19. Cada caso puntual de alergia a medicación inyectable debe ser considerado como precaución y valorado por el médico tratante.

Las medidas no farmacológicas (distanciamiento social, correcto lavado de manos, etc.), persisten como una necesidad ante la situación epidemiológica actual. Por eso se insiste en la necesidad de reforzar el mensaje de protección individual (uso del tapabocas, ventilación de ambientes y correcta higiene de manos).

El informe también establece que la mayoría de las vacunas en uso son capaces de neutralizar en mayor o menor medida las variantes de preocupación surgidas hasta la fecha. La variante que ha mostrado mayor resistencia es la variante B.1.351 (Sudáfrica); para la VOC P.1 se cuenta con menos información experimental.

Sobre los beneficios en menores de 16 años, organizaciones internacionales aprobaron para uso de emergencia y recomiendan el uso de la vacuna Comirnaty (Pfizer/BioNTech) a adolescentes mayores de 12 años. Estudios de investigación en el grupo de 12 a 15, demostraron una adecuada seguridad y eficacia del 100%.

Sobre beneficios y riesgos en mujeres con embarazo inadvertido, hasta ahora, los datos sobre la vacunación son limitados. Estudios en animales que recibieron la vacuna contra el Covid-19 de Moderna, Pfizer-BioNTech y J&J (Janssen), antes o durante el embarazo no detectaron problemas en animales preñados y sus crías.

Por otra parte, hasta mayo del 2021, más de 114.000 participantes de un registro de seguridad de vacunas en Estados Unidos (V-SAFE) han indicado que estaban embarazadas al momento de vacunarse contra el Covid-19 o se embarazaron dentro de los 30 días post vacunación.

En los registros no hay datos de alerta en seguridad con respecto a los siguientes puntos: resultados en los embarazos (aborto espontáneo y muerte del feto); complicaciones en el embarazo (preeclampsia y diabetes gestacional); problemas con el recién nacido (parto prematuro, retraso del crecimiento o defecto de nacimiento).

En tanto, se están realizando o planificando ensayos clínicos que estudian la seguridad y eficacia de las vacunas contra el Covid-19 en embarazadas. Los fabricantes de vacunas también están recopilando y revisando datos de personas en los ensayos clínicos completados que recibieron la vacuna y se embarazaron.

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