El proyecto de ley prohíbe la importación y fabricación de pirotecnia que exceda los 110 decibeles, pero autoriza el uso de lo ya importado durante los próximos dos años; después se bajará el máximo autorizado a 105 decibeles. La Cámara Uruguaya de Fuegos Artificiales (CUFA) destacó la importancia de que Uruguay haya trabajado en una sola ley que regule la pirotecnia y unifique a nivel nacional distintas reglamentaciones existentes en cada departamento.

 

El proyecto se trató este martes en la Cámara de Senadores, y fue aprobado por unanimidad por los 23 senadores presentes. Desde CUFA, expresaron que la ley es muy estricta y el rubro va a tener que trabajar muchísimo, reinventarse, y pedir ayuda a los proveedores que son principalmente de China.

Gustavo Prato, presidente de CUFA, consideró que la ley, que ya tiene la sanción del Senado, implica “reestructurar el sistema de trabajo", ya que, rebajar a 110 decibeles “significa imponer un estricto límite a muchos productos aéreos, y eliminar prácticamente todos los productos de estruendo, a no ser algunos muy pequeños”.

Representantes de la Cámara Uruguaya de Fuegos Artificiales, así como otros actores, fueron recibidos por la Comisión de Salud Pública del Senado para presentar informes y trabajos técnicos que se han realizado en distintos países de Europa, China y Estados Unidos.

También fue presentado un informe en el que se mostraba el Mapa Acústico de cada esquina de la ciudad de Montevideo, donde muchas en promedio superan los 85 decibeles (dB) y en eventos anómalos (sirenas, manifestaciones, motos, y otras) llegan a los 140 dB.

“Una charla normal tiene unos 70 decibeles, entrar al estadio lleno unos 110 decibeles, un grito de gol supera los 130. El ruido promedio de la ciudad está por encima de 85 decibeles, entonces sería ilógico pedirles a los fuegos artificiales un ruido inferior al que se da día a día en nuestra capital”, dijo Prato.

Admitió que había cierto desconocimiento de la complejidad del tema decibeles, y que, “luego en China nos informaron que no se podría ni siquiera intentar empezar a trabajar en la fabricación de los productos porque los decibeles que se querían establecer eran imposibles de lograr”.

Agregó que a la hora de fabricar fuegos artificiales se guiaban por los parámetros de la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud  (OMS) que dice que para niños la exposición a fuegos artificiales de hasta 15 minutos en 120 decibeles no es dañina; mientras que para adultos es hasta 140 decibeles”.

Por lo tanto, el proyecto aprobado por los senadores, implica que Uruguay estaría estableciendo un límite de ruido para los fuegos artificiales, “muy inferior al que aconseja la OMS y que aplica la comunidad europea. Pero permite poder trabajar, ingeniarse y reinventarse”.

El presidente de CUFA, aclaró que están de acuerdo en reducir el impacto sonoro pero pidió que se contemple al resto de la sociedad que, según dijo, “tiene derecho a festejar”, así como también, a los puestos de trabajo que genera el rubro todo el año, con unos 10.000 emprendimientos familiares.

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