La propuesta de adquirir tierras en Uruguay para destinarlas a reservas naturales, fue puesta en conocimiento del Ministerio de Ambiente el año pasado, antes incluso de que se conociera la intención de empresarios privados de construir 29 edificios sobre ambas laderas de Punta Ballena. El subsecretario de esa cartera, Gerardo Amarilla, aclaró que se trata de una negociación entre privados.

 

El subsecretario del Ministerio de Ambiente, Gerardo Amarilla, dijo que se tuvo conocimiento de una organización que tenía intenciones de comprar tierras en Uruguay para generar áreas protegidas, en junio del año pasado durante la Expo Uruguay Sostenible, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente.

Entrevistado en el periodístico Frecuencia Abierta de Aspen FM de Punta del Este, el funcionario, explicó que los promotores son argentinos que se están radicando en Uruguay, y que en diciembre plantearon comprar predios en esa sensible zona de Maldonado para transformarlos en reservas naturales.

Señaló que no es nuevo en el mundo que organizaciones financien este tipo de negocios, incluso involucrando a “socios” que con distintos niveles de participación, pasan a ser dueños de lugares que los promotores han considerado importante preservar, como en este caso Punta Ballena.

Agregó que en ese momento, ante el planteo, lo que se hizo fue poner en contacto a quienes desearían generan una reserva natural y los legítimos dueños de los padrones donde se pretende construir. Amarilla consideró que preservar distintas zonas es importante desde todo punto de vista.

Pero, aclaró el subsecretario del MA, “hay que ser muy delicado en las precisiones”, porque el Ministerio de Ambiente no puede ni debe intervenir en negociaciones entre privados, “porque hay derechos de propiedad” que hay que respetar y negociaciones en las que no puede intervenir.

Insistió en que el MA debe ser técnicamente muy celoso en el cuidado de los valores medioambientales, pero también permitir lo que está previsto en el derecho a la propiedad. “Es un equilibrio que hay que tener, que las decisiones deben tener determinado fundamento y rigor técnico”, apuntó.

Insistió en que la negociación entre privados “escapa en este momento a la gestión del Ministerio”, aunque admitió que de adquirirse tierras para una reserva en esa zona tan sensible y apreciada de la costa de Maldonado, se estarían contemplando todos los reclamos y sería un problema menos para la cartera.

Se analiza todo

Respecto al proyecto de complejo residencial, Gerardo Amarilla informó que unas 14.000 personas presentaron inquietudes, reclamos y diferencias con el mismo, todo lo que se está analizando, para dar respuestas a todas las partes y pasar a la etapa de audiencia pública que estimó podría ser entre abril y mayo.

El complejo residencial, consistente en 29 edificios de apartamentos, se pretende desarrollar en ambas laderas de Punta Ballena, en un área no solo muy sensible sino de alto interés paisajístico. Empero son tierras privadas que a lo largo del tiempo han estado en litigio.

El Observatorio Ambiental Nacional (OAN) del Ministerio de Ambiente puso de manifiesto por el término de 20 días hábiles en el mes de octubre de 2023, el Informe Ambiental Resumen de la Autorización Ambiental Previa, para el desarrollo del complejo residencial “Punta Ballena”.

El grupo inversor está encabezado por el banquero argentino Delfín Jorge Ezequiel Carballo González (banco Macro), y el proyecto fue aprobado por la Intendencia de Maldonado y la Junta Departamental, como parte de un acuerdo transaccional en el cual las partes se realizaron concesiones recíprocas.

Fue otorgado el 24 de julio de 2014, aprobado por Resolución N° 04197/2012, dictada el 15/6/2012, por el Intendente de Maldonado. Sometido finalmente a consideración de la Junta Departamental de Maldonado, lo aprobó por unanimidad, en sesión celebrada el 8 de agosto de 2017, mediante Resolución N° 246/2017.

El proyecto comprende un desarrollo residencial mediante la construcción de 29 edificios y sus servicios e infraestructura asociada, incluyendo los accesos a los edificios, 4 porterías y 8 salones de usos múltiples con piscina, sobre una superficie de 9,5 hectáreas a ambos lados de la punta.

A lo largo de 6 etapas previstas para la ejecución, se proyectan 320 unidades de viviendas; también se considera la cesión de tierras a la Intendencia de Maldonado para el acceso público a miradores y a la punta de Punta Ballena, y además deja librada al público, la Ruta Panorámica Carlos Páez Vilaró.

Abarca los padrones N°12.934, 12.935, 12.936, 12.937, 12.938, 12.939 y parte del padrón 15.503. Dentro de las áreas destinadas al dominio público, se prevé conservar para el mantenimiento de las actividades que se desarrollan actualmente, la Ruta Panorámica de acceso hasta el final de la punta.

También áreas de acceso adyacentes a la Panorámica formadas por el final de la Punta Ballena, dos áreas actuales de mirador y una franja de terreno que rodea la península al pie de los acantilados. La totalidad del área asignada al dominio público, es de 64.257 mts², casi un 40% del total del área de proyecto.

El diseño

El conjunto, busca optimizar la inserción del mismo en el entorno, cumpliendo con los parámetros de edificación establecidos por la normativa municipal y respetando la topografía del terreno, “generando bloques curvos que acompañan las curvas de nivel del terreno”, ocupando la zona de menor pendiente.

El criterio de implantación, “busca respetar y mantener con sus características los dos elementos principales que definen a Punta Ballena desde el punto de visita paisajístico: su sinuoso perfil lejano y su potente frente rocoso”, el último de los cuales se preserva en su totalidad.

En cuanto al paisaje, la ubicación de las construcciones se adecua a los criterios de construcción previstos para el entorno. En algunos pequeños tramos aislados de la fachada, se superan los niveles de la ruta (entre 0  y 1 metro máximo), dentro de los criterios de construcción admisibles para esta zona.

Asimismo, con el fin de lograr la integración visual del proyecto, se implementarán cubiertas enjardinadas incorporando vegetación en las fachadas que a su vez serán revestidas de piedra y hormigón pintado en colores que se integren al paisaje, buscando generan el menor impacto visual.

El cronograma general de obras, prevé que el proyecto se ejecute en 6 etapas en un plazo aproximado a los 7 años: la Etapa 1 prevé la construcción de 10 edificios en 583 días efectivos de trabajo; la Etapa 2, otros 2 edificios en 185 días; y la Etapa 3, 2 edificios en 185 días efectivos de trabajo.

La Etapa 4 contempla la construcción de 9 edificios en 551 días efectivos de trabajo; la Etapa 5, otros 2 edificios en 185 días; y la Etapa 6 los últimos 4 edificios en 399 días de trabajo. La puesta de manifiesto del proyecto, ya está generando reacciones mayoritariamente contrarias al mismo.

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