Denuncian que el “rancho” es un agua sucia a pesar de lo que destina al Estado a alimentación, y que hay sectores con privilegios a los que se puede llevar carne, huevos, frutas y otros alimentos. Pero además, que en las requisas les quitan las “resistencias” que utilizan para calentar agua para asearse, entre otras irregularidades.

 

Mediante una carta que han hecho pública en las últimas horas, familiares de internos que se encuentran en el establecimiento N° 13 del INR, Las Rosas, exigen entre otras cosas que sea evaluada la lista de alimentos y cantidades que se brindan porque el conocido “rancho” que se les proporciona deja mucho que desear.

Dirigiéndose a las autoridades carcelarias, afirman que  el escaso alimento que se proporciona, “es un agua sucia con un poco de zanahoria y papas y en alguna remota ocasión algún trozo de carne”, cuando los recursos que se destinan a cada recluso son bastante elevados para el Estado.

“Es notorio y muy triste pero los mismos encargados de la cocina o carnicería por unos ´beneficios´ propios venden la materia prima del escaso alimento y carente de nutrientes necesarios para cualquier ser humano. No voy a dar nombres porque las represalias no tardarían en llegar”, agrega la carta.

Piden que se use el sentido común “para todos los reclusos ya que en los sectores de privilegios si pueden llevar carne, frutas, verduras, huevos, postres y todo lo que hace a una buena alimentación”, lo que no se le permite a quienes se encuentran en otros sectores porque la lista de alimentos para ingresar es escasa.

Aluden a que hay reclusos con privilegios cuando en realidad todos quienes se encuentran allí “están pagando por sus errores cometidos”, y preguntan ¿quién se puede rehabilitar en las condiciones nefastas que los tienen?, “sin puertas en los baños en la sala de visitas, en algunos ni tienen inodoro y mucho menos instalación eléctrica para una bombita de luz”.

Denuncian que en las requisas les quitan “las resistencias”, lo único que tienen para calentar agua para asearse, y aseguran que en los pasillos internos caen excrementos porque las instalaciones no tienen ningún tipo de mantenimiento, lo que se refleja en olores nauseabundos, que deben soportar los internos y quienes “vamos a visitarlos”.

En alusión a la reciente requisa realizada, dicen los familiares que “hubo una visita guiada” donde a las autoridades que asistieron solo les mostraron los sectores en mejores condiciones, y que si algún recluso reclamaba algo, apenas se retiraban las jerarquías, la guardia interna de turno ingresa y “los muelen a palos”.

Al margen del contenido de la carta, una familiar, dijo a MaldonadoNoticias, que también la atención médica deja mucho que desear, y que una nueva disposición establece que los días de visita no se pueden llevar alimentos, salvo aquellos que se van a consumir en el momento, porque se destinará solamente un día a la semana para hacerlo.

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