En esta jornada se recuerda una década de un evento inesperado y devastador, que no solo provocó pérdidas materiales por varios millones de dólares en zonas costeras, principalmente del departamento de Maldonado, sino que cobró la vida de 5 personas en forma directa.
El 23 de agosto del año 2005 anochecía como otros días de cualquier invierno, aunque con muchos preparativos por la cercana Noche de la Nostalgia. Ningún pronóstico meteorológico llamaba la atención, pero tampoco advertía en forma anticipada lo que podría ocurrir.
Empero, una empresa brasileña, Metsul, de la que muy poco se hablaba hasta entonces en Uruguay, alertaba sobre la posibilidad de algún fenómeno violento que podría afectar a nuestro país. Desde entonces, Metsul es fuente de consulta casi ineludible.
Aquel 23 de agosto, horas antes de la medianoche, de pronto el área costera del departamento de Maldonado se vio sumida en lo que se transformaría en una de las catástrofes más grandes que recuerde su historia, porque cobraría casi media docena de vidas y millonarias pérdidas materiales.
Una cantidad no cuantificada de viviendas y comercios con severos daños, decenas de yates, veleros y barcos de pesca destrozados o hundidos, cientos de árboles caídos, ramblas literalmente devastadas, rutas nacionales y calles cortadas por varias horas, fueron parte del desastre.
Hubo 180 evacuados y heridos en todo el departamento y servicios esenciales interrumpidos casi por 24 horas, a raíz de un ciclón extra tropical que se abatió sobre Maldonado desde las últimas horas del martes 23 de agosto de 2005 y hasta las primeras del miércoles 24.
Según informaron autoridades meteorológicas de la estación Punta del Este, los vientos alcanzaron una intensidad de 180 kilómetros por hora, entre la hora 22.00 del martes y las 05.00 de la mañana del miércoles, fenómeno que no se registraba desde hacía 40 años.
Cinco vidas
Pero hubo y hay un extremo de aquel evento que casi nadie destacó ni destaca hasta estos días, cuando ha pasado ya una década: fueron 5 las vidas que se perdieron en el departamento de Maldonado a raíz del fenómeno, luego definido como un “ciclón extra tropical”.
La primera víctima fatal se produjo a la hora 3.00 del miércoles 24, cuando el viento aún golpeaba con ferocidad sobre toda el área. En una zona de asentamientos de La Capuera, un pesado árbol cayó sobre la vivienda de José Bonilla de 53 años quien falleció en el acto.
En Pan de Azúcar un hombre de 60 años fue encontrado muerto en la calle sobre la madrugada del miércoles 24. Había perecido electrocutado al tomar contacto accidental con un cable del alumbrado público que había caído como consecuencia del viento.
En el balneario Playa Hermosa, a las 6.00 de la mañana del miércoles 24, cuando centenares de personas trabajaban febrilmente en procura de normalizar la situación, fue encontrado muerto un hombre identificado como Luis Antonio Lasague. Se le diagnosticó paro cardio respiratorio por hipotermia.
El 26 de agosto, poco antes del mediodía, un hombre murió mientras trabajaba talando la copa de un árbol a la altura de la parada 27 de Playa Mansa de Punta del Este, entre las calles Cabritos y Cruz del Sur. José Suárez era uno de los varios cientos de trabajadores volcados a las calles, tanto por organismos oficiales como por empresas privadas para avanzar en el reordenamiento de las zonas más afectadas.
Suárez estaba trepado a un árbol que amenazaba con caer encima de una finca, cortando grandes gajos de la copa, cuando en determinado momento una rama le dio un fuerte golpe que le provocó la caída y su posterior muerte como consecuencia de las lesiones sufridas.
La madrugada del domingo 28, dejó de existir una joven de solamente 19 años que al intentar ingresar a su casa en el barrio Maldonado Nuevo el viernes 26, resultó electrocutada por un cable de alta tensión que estaba en el suelo y no alcanzó a divisar. La joven, identificada como A.S.S.T., elevó a 5 el número de víctimas fatales.
(Fotos: Archivos varios/MaldonadoNoticias)