La edila María Marcela Fernández, en una extensa carta enviada a MaldonadoNoticias, explica lo que ella califica como “una infinidad de cosas”, que se han dicho y escrito respecto a los hechos ocurridos en la ciudad de Rivera la madrugada del sábado 3 de septiembre, mientras integraba una delegación oficial de Maldonado en el Congreso Nacional de Ediles.

“Primeramente que estos hechos sucedieron en un pub, fuera del congreso; el caso se da de que allí estuvieran presentes ediles de todas partes del país”, explica. “Por eso se da que se politizó la situación donde tuve altercados con mi ex pareja el señor José Plada, quiero pedir mis disculpas correspondientes, si esto afectó a nivel nacional y departamental. A todas aquellas mujeres que luchan contra la violencia de género y la violencia doméstica. Pero al ser un personaje público me vi expuesta a todo esto”.

Respecto al retiro de la denuncia realizada en Rivera, hecho que se produjo ante una dependencia policial de Maldonado, Fernández dice en la carta que, “lo he hecho por miedo ya que todo tuvo trascendencia política y si está hecha la ley también la trampa y no me sentí protegida, ya que todo lo que redacte pasó a la prensa en cuestión de horas”.

“Me sentí muy dolida por las redes y agredida ya que en situaciones problemáticas nadie se pone en el lugar de uno como en mi caso. Se han narrado hechos que no ocurrieron. Y como lo expliqué a nivel judicial esto ha sido para que una cabeza ruede y es un hecho político”, continúa diciendo textualmente.

Respecto a su presencia en el pub “El Vagón” de la ciudad de Rivera, “ese día, de un 70% de integrantes que en el lugar estaban un 60% estaban alcoholizadas sin enjuiciar ni deteriorar imagen ninguna, ya que estábamos en un lugar de esparcimiento y cada uno es dueño de su propia vida, sin estar cerca de ningún lugar donde se llevara a cabo ninguna actividad del congreso. Considero que se mezclaron los hechos, se juzgó mi persona sin pensar que atrás estaba mi familia”.

No a la violencia

“Sé que si se habla de repudiar la violencia de género, han puesto y escrito lo que no debían. Soy una mujer común y corriente que no tengo más nada que familia y casa. Soy la que se embarra los pies para entrar a un asentamiento en época de elecciones y no como otros que no pisan barro porque se ensucian sus zapatos caros de ´pascualini´. Soy la que entra a un rancho o a una casa humilde y se sienta en un cajón”, dice más adelante.

“En un año en la Junta (Departamental de Maldonado) he escuchado como hombres y mujeres se insultan, como hombres con hombres se faltan el respeto, como mujeres integrantes de la junta han sido víctimas de violencia y sus propios agresores han salido a las redes a repudiar”, dice la carta.

“Entonces fuera de todo lo que ocurrido, que repudian?. Si hay hombres que piensan que la mujer sirve para limpiar, cocinar, trabajar y hacer de amante a la hora que le reste, después que las mujeres llevamos todo el peso desde que procreamos desde cuidar y velar por nuestros hijos, porque se alimenten, porque tomen su medicación, porque traigan buenas calificaciones, porque no anden descalzos y mil cosas más”.

“Tengo 45 años y considero que libremente basada en proteger mi familia puedo y tengo el derecho de pensar con libertad. Nadie se anima a tirar la primera piedra ya que no somos perfectos, tanto tenemos errores como virtudes. Pero si nos pusiéramos a hurgar la vida de cada ser humano, no sé cuantos tendrían un lugar en un pedestal”, sigue diciendo la carta.

“Mi lugar aquí en la junta me lo he ganado ya que cuando alguien necesita no pregunto ni color político, es para ayudar. En el período pasado milité para el Frente Amplio, fui tratada de traidora, cuando repartía listas llamaban a la policía porque supuestamente no respetaba los 100 metros”, denuncia.

“Tuve un compañero señor edil en el momento que me trató de carenciada de sexo y me faltó el respeto; muchas veces delante de mi hija de 12 años tuve que aguantar compañeras del frente que me gritaban en la cara que preferían ser prostitutas antes que repartir listas de los blancos y otras que cuando ganaran colocarían su bandera en el Cristo Redentor. Estuve bajando la cabeza ante esto, una y mil veces. Y pregunto ¿Que es repudiar?”.

“El poder es grande y la política se maneja con poder. Así que en mi caso, puedo ser yo juzgada sin tener en cuenta mis sentimientos y los de mi familia. Pienso que cada uno tendría que dedicarse a lo suyo. Porque si analizamos cuando los altos jerarcas cometen errores siempre quedan impunes, nadie los toca, de ellos no se habla y al pueblo no le importa”, sigue diciendo la carta de Marcela Fernández.

“En particular si a alguien herí pido disculpas, pero no tengo padrinos y me hiere mucho toda la exposición que se ha hecho. También el que necesite más información que hable con mi abogada ya que no pienso extender más este tema, que más que privado se ha hecho demasiado político”, agrega.

Finalmente, dice la carta de la edila Marcela Fernández, “pido a la prensa que se responsabilice mas ya que a diario se abusa de niños a los que no se ayuda y se archivan los casos .Que expongan y narren verdaderamente lo que es y no inventos ya que de una gota de agua han hecho todo un océano. Que busquen y persigan a todos aquellos que quedan impunes cuando hay daños morales irreparables que en casos infinitos quedan ocultos”.

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