Mayo de 2016: los vecinos decidieron ocupar las tierras que entienden les perteneces. A partir de ese momento muchos comenzaron a construir sus casas.El fraccionamiento Las Calas I nunca fue entregado como lo prometió su vendedora, lo que llevó a que decenas de promitentes compradores en mayo del año pasado decidieran tomar la tierra. Ahora, muchos con sus casas construidas o en construcción, se enteran que el predio de casi 62.000 metros cuadrados, será rematado.

Las Calas I es un fraccionamiento nunca concluido, ubicado al Norte de la ciudad de Maldonado, en la esquina de avenida Luis Alberto de Herrera y Camino al Pantanal. Se trata de una de las zonas periféricas a la capital departamental de más desarrollo en los últimos años.

El predio de casi 62.000 metros cuadrados, según se supo en las últimas horas, será rematado judicialmente el martes 8 de agosto, por decisión del Juzgado Civil de 7° Turno de Montevideo, ante reclamo del acreedor hipotecario de la dueña de la tierra que se presume no está en el país.

A pesar de que la tierra se encuentra en zona rural, la propietaria había logrado que la Intendencia de Maldonado le otorgara la autorización para fraccionar el predio en lotes de 300 metros cuadrados que, vendería con todos los servicios necesarios, prontos para construir.

No aguantaron

A comienzos del mes de mayo del año pasado, los damnificados por la vendedora de dos fraccionamientos ubicados al Norte de la ciudad de Maldonado, decidieron ocupar las tierras ante la falta de respuestas y luego de haber pagado en algunos casos hasta US$ 60.000.

El prometido fraccionamiento Las Calas I, está ubicado en la esquina de avenida Luis Alberto de Herrera y Camino al Pantanal, en uno de los puntos de mayor crecimiento de la ciudad. Un fraccionamiento similar (Las Calas II) se proyectó exactamente al frente.

En aquel momento, decenas de familias defraudadas por las promesas incumplidas y luego de haber pagado en casos desde los US$ 8.000 y en otros hasta los US$ 60.000, decidieron ocupar la tierra que entienden les pertenece, aunque los fraccionamientos no fueran más que campos.

El periplo de estas familias trabajadoras de Maldonado, que como tantas sueñan con la casa propia y para ello apostaron mucho dinero en algunos casos, comenzó en el año 2013 cuando empezaron a percibir que las obras en Las Calas I no avanzaban de acuerdo a lo acordado.

La habilidosa vendedora del proyecto, Elda Raquel Pérez Novaro, ante cada consulta tuvo una excusa para explicar el retraso de las obras. Vendió terrenos de unos 300 metros cuadrados (promedio) con todos los servicios esenciales: agua potable, energía eléctrica y saneamiento.

Sin embargo, a medida que pasó el tiempo los promitentes compradores solo fueron viendo la colocación esporádica de algunas “estacas” -simulando acciones de agrimensura-, y el trabajo de maquinaria vial que lejos de delinear calles realizó algo así como cañadones artificiales.

La venta

Elda Raquel Pérez Novaro adquirió las tierras por poco menos de US$ 2 millones, y en 2011 comenzó a comercializar los predios en forma directa, en su propia casa, sostenida por una fuerte campaña promocional en algunos medios de comunicación de Maldonado.

A cada promitente comprador, al momento de la firma del compromiso, le aseguraba que en un año recibiría su terreno con todos los servicios y vías de acceso. Ni a los primeros ni a los últimos clientes de los 220 lotes comercializados les cumplió.

Las irregularidades terminaron en la Justicia, tanto en el ámbito Civil como en el Penal, mediante una catarata de denuncias presentadas por abogados que representaban a distintos grupos de promitentes compradores. Todos poseen la documentación de los pagos realizados.

En diálogo con MaldonadoNoticias, el año pasado varios de los vecinos que se sentían estafados, coincidieron en señalar que algunos pagaron US$ 8.000, pero que otros llegaron a abonar -incluso al contado- hasta US$ 60.000, con la expectativa de concretar la casa propia.

La ocupación

Cansados de la falta de respuestas, y porque muchos de los promitentes compradores gastó hasta sus últimos ahorros apostando en el sueño de sus vidas, y porque debían afrontar alquileres que debían haber cancelado hace años, decidieron ocupar la tierra.

Con la medida, pretendieron además que las autoridades departamentales intervinieran, ya que a esa altura no tenían siquiera la certeza de que los permisos para fraccionar la tierra y la solicitud de los servicios prometidos hayan sido gestionados por la vendedora.

(Foto: MaldonadoNoticias)

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