*) Dr. Cs. Adalberto Cuevas Palacios

La relación entre el estado de salud y la realización de ejercicios físicos es un tema de constantes discusiones, a pesar de los convincentes resultados de investigaciones científicas que confirman la tesis del efecto positivo de las actividades físicas en el completo estado de bienestar físico, mental y social de las personas practicantes en forma sistemática.

La forma más eficaz de lograr un adecuado equilibrio de las funciones internas del organismo y a su vez con el medio se encuentra en la realización de ejercicios físicos bien orientados.

Evidentemente es cuestionable la afirmación de que siempre las actividades físicas resultan favorables al analizar su efecto agudo y crónico en el organismo. Antes deberíamos responder las siguientes interrogantes:

¿Cuándo iniciar los ejercicios físicos? ¿Qué tipo de actividad física favorece la salud? ¿Cuál es la intensidad, volumen y frecuencia adecuada? ¿Se puede realizar ejercicios físicos aun padeciendo una o varias enfermedades? ¿Podrían dañar el estado de salud determinados ejercicios?

El cuestionario podría ser interminable y las respuestas podrían ser también cuestionables, por lo que en una serie de columnas que serán publicadas en esta plataforma, se pretende responder a muchas de las interrogantes que frecuentemente ponen en dudas la posible relación de las actividades físicas con el estado de salud.

En esta oportunidad se comenzará por la primera interrogante de la pequeña lista que se acaba de exponer y que guarda estrecha relación con el título.

Se define como el momento más apropiado para iniciar los ejercicios físicos antes de nacer a la etapa en que la vida transcurre dentro del claustro intrauterino, es decir, durante la gestación.

“La actividad física de la mujer embarazada aporta beneficios no sólo para la madre sino también para el feto…” (Rodríguez Blanque 2017, p. 1)

Los ejercicios físicos bien orientados y de moderada intensidad, acorde a las particularidades de la embarazada, no sólo la favorecen a la misma sino también al bebé, el cual se desarrollará con mayor vitalidad debido a la estabilidad metabólica lograda por efecto de las actividades y a la mayor oxigenación conseguida por los ejercicios predominantemente aeróbicos. Como consecuencia su corazón será más fuerte y de mayor capacidad funcional. También el sistema nervioso se verá favorecido en su formación.

La meta del ejercicio durante el embarazo no debe contener el aumento del peso, sino aumentar la sensación total de bienestar.

El objetivo general del tratamiento por ejercicios será estabilizar el estado de salud de las embarazadas, logrando una adecuada preparación física y psíquica para el parto.

En la siguiente columna se abundará sobre los beneficios de los ejercicios físicos en las embarazadas.

 

*) Doctor en Ciencias Pedagógicas. Docente de la UDELAR.

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