Según el Plan Nacional de Género para las Políticas Agropecuarias de Uruguay, ONU Mujeres señala que en las zonas rurales de Uruguay las mujeres tienen menos acceso a los puestos de trabajo y una carga horaria semanal de trabajo remunerado inferior a la de los varones, de acuerdo a la encuesta continua de hogares.
La diferencia entre la tasa de empleo de los hombres en el medio rural y la de las mujeres (conocida como brecha de género) en Uruguay alcanza un 27,4% en el país y, a su vez, la tasa de empleo de las mujeres rurales es inferior a la media femenina nacional, según el mismo documento realizado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) con apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
A esto se suma que los niveles de desempleo de las mujeres en las zonas rurales son significativamente más altos a las de sus pares varones. Por último, entre las personas mayores de 14 años que se consideran inactivas, el 17,8% de las mujeres rurales y el 18,3% de las mujeres de localidades de menos de 5 000 habitantes declaran dedicarse a tareas doméstica no remuneradas, algo que responde menos del 1% de sus pares masculinos.
En pleno sigo XXI, las mujeres de América Latina y el Caribe siguen presentando importantes rezagos en comparación con los hombres, señala la estrategia regional de género de la FAO para América Latina y el Caribe 2019-2023.
Estas y otras tantas dimensiones en las que la mujeres sufren desigualdad social se presentan transversalmente dentro de nuestras sociedades, pero se agudizan en los territorios rurales y en aquellos grupos más vulnerables de nuestra región.
En Uruguay, la prevalencia de la obesidad en hombres adultos es del 25%, mientras que entre las mujeres alcanza el 31%, una cifra que se explica en parte por la desigualdad ante la alimentación, según el informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2022.
Esta misma publicación señala que, a nivel mundial, las mujeres tienen más probabilidad que los hombres de padecer inseguridad alimentaria. Agrega que las mujeres que viven en zonas rurales, las productoras, se enfrentan a limitaciones aún mayores que los productores hombres para acceder a recursos y servicios productivos, tecnologías, mercados y activos financieros.
También señala que, en parte debido a la pandemia de COVID-19, en los últimos años se ha ampliado la brecha de género en cuanto a inseguridad alimentaria moderada o grave.
Por ese motivo, el enfoque de género es un principio orientador transversal en el trabajo de la FAO en América Latina y el Caribe, y Uruguay no es una excepción.
“El logro de los resultados de género es una responsabilidad de todas las personas que integran la organización, en todos los niveles a nivel regional y, en el caso de Uruguay, atender la equidad de género es una de las tres áreas transversales de trabajo acordadas con el Gobierno de Uruguay para la cooperación de la FAO en el país hasta el año 2025”, señala Jorge Meza, el Oficial Principal de Políticas de la FAO para América Latina y el Caribe y Representante de la FAO interino para Uruguay y Argentina.
Esta prioridad se refleja en concreto en el trabajo de varias iniciativas recientes o en curso en el país.
Trabajo con cooperativas
En el año 2022 la FAO apoyó, en el marco de un acuerdo con la Facultad de Agronomía, la realización de un diagnóstico con recomendaciones para la inclusión de la perspectiva de género en el trabajo de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) y en las cooperativas de base que la integran.
Las recomendaciones presentadas por un equipo de especialistas en género y desarrollo se basaron en un diagnóstico realizado en base a experiencias nacionales, regionales e internacionales con perspectiva de género.
Esta tarea es un aporte, realizado a solicitud de CAF, a la reducción de las brechas de género en el sector privado agropecuario a través de las cooperativas agropecuarias del país, que suelen ser ejemplo en la región, por su nivel organizativo y que también podrían serlo en cuanto a su enfoque de género.
Conciencia agropecuaria
El programa Conciencia Agropecuaria del MGAP, que cuenta con el apoyo de la FAO, tiene entre sus ejes transversales el trabajo con perspectiva de género en todas sus iniciativas. Cada producto que se realiza desde el proyecto busca incorporarla, fue el caso, por ejemplo, con la presentación historias de superación de mujeres rurales y del agro.
El proyecto también apoya la implementación del Plan Nacional de Género ya mencionado, brindando apoyo técnico y herramientas de comunicación para el desarrollo, como fue el caso en la campaña de concientización sobre la mujer y la niña en las ciencias y la campaña “Transformadoras” donde visibiliza el rol transformador de las mujeres en la sociedad y en el medio rural en particular.
Ganadería y Clima
El proyecto Ganadería y Clima trabaja desde el año 2019 con un enfoque integral para mejorar la productividad y la sostenibilidad de establecimientos ganaderos aplicando el método de coinnovación, que promueve la participación activa de los productores y las productoras.
El Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) que financia esta iniciativa, estableció que al menos el 20% de los predios participantes debían ser dirigidos por mujeres. Sin embargo, actualmente el 36 % de los predios participantes tienen una mujer al frente y más del 30 % de los restantes son codirigidos por una de ellas.
A su vez, el proyecto Ganadería y Clima organiza sus actividades en base a los días y horarios más convenientes para que no interfirieran con la vida cotidianas de productoras y productores, prevé rincones infantiles durante sus talleres, envía invitaciones personalizadas en caso de ser necesario para alentar la participación de mujeres y difunde actividades y proyectos exclusivos para mujeres productoras.
Por último, pero no menos importante, el equipo extensionista del proyecto presta especial atención en garantizar la participación de las mujeres en las actividades de asesoramiento y en la recorrida de los predios. Dicho equipo de técnicas y técnicos recibió una capacitación específica vinculada al enfoque de género.
*) La FAO es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y es la agencia especializada que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre. Su objetivo es lograr la seguridad alimentaria para todos y al mismo tiempo garantizar el acceso regular a alimentos suficientes y de buena calidad para llevar una vida activa y sana.
Con más de 194 Estados miembros, la FAO trabaja en más de 130 países. Todos podemos desempeñar un papel importante en la erradicación del hambre y la malnutrición.
En Uruguay, nos enfocamos en apoyar el cumplimiento del Derecho a la Alimentación Adecuada; avanzar hacia un sistema alimentario sostenible; acompañar la intensificación de la producción agropecuaria, reduciendo la brecha entre sectores urbano y rural y preservando los recursos naturales.
Por más información: http://www.fao.org/uruguay