*) Cr. Ricardo Puglia Saavedra
El ascenso político desde el año 1979 del líder sindical y ex presidente Lula personificó una corriente política, popular y poderosa. Lula ganó fuerza en los estratos sociales bajos y medios bajos sumándose cada día más adeptos a su propuesta y fortaleciendo el Partido de los Trabajadores (PT) que él creó como columna vertebral de su movimiento social.
Se tornó en el salvador de Brasil con la capacidad de eliminar la pobreza, la miseria, el hombre del pueblo, el defensor de los pobres que iba a erradicar la corrupción en todo el país.
Poco a poco sus seguidores se fueron decepcionando de aquel líder por las peleas partidarias, las contiendas electores y los casos probados de corrupción.
Hoy el lulismo muere de a poco, perdió la potencia en las calles con una escasa movilización a pesar del regimentado partido que dirige. Sus militantes que otrora lo apoyaban están sintiendo la falta de caché, las comidas gratis y el transporte.
Hoy, en desbandada sus simpatizantes están del lado opuesto por la falta de gobernabilidad y criticando al PT y a su líder que convirtió deliberadamente un proyecto político para Brasil en un proyecto de poder al precio que fuera necesario.
Lula se entregó a alianzas poco auténticas, aún con los más conservadores parlamentarios practicando falsas acciones republicanas que lesionaron la ética pública y el agotamiento de un modelo que no ha sabido distinguir entre gobierno y partido.
El escándalo de “Mensalão” descubierto en medio de su primer mandato es como una cascada de errores que conllevan al debilitamiento del poder lulista. El proceso de lava-jato vinculado al primero ya lleva importantes condenas a más de 30 involucrados políticos y empresarios que traslucen los efectos negativos de un mal gobierno y hacen pensar que tanto el PT como Lula dejarán de ser opción de poder.
Los escándalos de corrupción que enfrenta el PT y la inoperancia del gobierno de Dilma colocan al ex presidente Lula en alto riesgo de no alcanzar la presidencia en 2018.
En 2014 Dilma Rousseff es reelegida por el propio PT y antes de asumir fue cuestionada por la discrepancia entre el discurso electoral y el ejercicio del poder perjudicando al PT por falta de confianza ante la población.
La desastrosa administración de Dilma Rousseff y la corrupción verificada en Petrobras contaminaron al PT y a Lula lo que lleva a pensar que la base social del partido está cambiando de bando.
Hoy el verdadero poder de Brasil se centra ya en el PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasilero) en manos de un triunvirato formado por Michel Temer –vicepresidente-, Eduardo Cunha-presidente de la cámara de diputados-, y Renan Calheiros- presidente de la cámara de senadores quienes recibieron de Dilma una especie de carta blanca.
*) Especialista en inversión bancaria y asesoramiento empresarial, egresado en 1980 de la Universidad de la República Oriental del Uruguay “Contador Público y Licenciado en Administración”. Ex vicepresidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo. Ha desarrollado una proficua e intensa actividad en la banca nacional e internacional, destacando las áreas de inversiones, reestructuración de deuda, banca corporativa, banca minorista, proyectos de inversión, ingeniería financiera y comercio internacional.
En 1990/1991 ocupó la gerencia comercial de Credit Lyonnais Uruguay y participó en la renegociación de la deuda externa uruguaya en estrecho contacto con el Ministerio de Economía y Citibank N.A.; de 1992 a 1996 estivo a cargo de la gerencia comercial de Banco Exterior Uruguay (hoy BBVAArgentaria).
Desde el año 2006 desarrolló servicios profesionales independientes en Consultoría y Finanzas Corporativas en varias empresas.