*) Cr. Ricardo Puglia Saavedra
El presupuesto 2016/2020 será deficitario durante los cinco años de la segunda administración Vázquez, habrá nuevos impuestos, readecuación de los existentes (Primaria, Contribución Rural, Fondo de Solidaridad, etc.), nuevos aforos, mayor gasto por US$ 470 millones, mayor endeudamiento, inflación alta, mayores impuestos a través de las tarifas públicas lo que supondrá para los uruguayos ajustarse más el cinturón en medio de una crisis internacional que ya está repercutiendo internamente con mayor desempleo, bajas continuas de las exportaciones y mayor conflictividad laboral.
Hace años vengo observando el comportamiento de los ministros de economía y finanzas, que de economía sólo llevan el título y de finanzas hacen piruetas, endeudando permanentemente a todos los uruguayos para pagar muchas veces gastos lujuriosos como la ex oficina del Ministro Pintado.
No existe ningún plan de desarrollo económico propuesto por el frenteamplismo. Sólo las consecuencias de un mal manejo de las finanzas públicas a su antojo y cuando tímidamente cruzan a la vereda privada como las empresas deudoras del Fondes, se enfrentan a resultados permanentemente negativos y de dudosa legalidad. Juan Pueblo paga.
Si tuviera una empresa que contratar un gerente de finanzas, en el último qué pensaría sería en el Ministro de Economía. Un Ministro que presenta a sus accionistas (todos los uruguayos) pérdidas durante sus próximos cinco años de gestión, mayores gastos y no contempla la realidad y potencialidad productiva del país ni la inserción internacional de sus productos, sólo está pensando que a través del manejo de la tasa de interés, el tipo de cambio, la gestión administrativa de la inflación y la fijación de los aumentos de los salarios puede mejorar la economía.
La proyección para el 2015 es de desaceleración y estima que el PIB crecerá 2,5% este año y el 2016, en 2017 un 2,75% y en 2018 se podría alcanzar el 3%. El dólar tendría una variación promedio de 16,2% este año y 9,8% el próximo. En 2017 sería de 6,4% y tendería al 5% en 2019.
Así es que este año el tipo de cambio promedio sería $ 27, en 2016 a $ 29,6, en 2017 a $ 31,5, en 2018 a $ 33,2 y en 2019 a $ 34,9. Este año estiman que la inflación promedio será de 8,4% y que bajará a 7,6% en 2016 y 6,3% en 2017.
Obviamente el papel es resistente a todos los números y ni el propio Ministro puede creer en las proyecciones efectuadas por su equipo. Pensar en estabilidad, en una coyuntura tan especial de volatilidad del tipo de cambio a nivel internacional como consecuencia de la depreciación del yuan (moneda China), bajas persistentes en los precios de nuestros productos exportables y los acontecimientos de nuestros vecinos como Brasil, que aún no han resuelto su doble crisis (económica y política) y las próximas elecciones argentinas de octubre, que ya en la previa y en el mes de agosto perdieron reservas por venta de dólares por 770 millones llevan a pensar que las proyecciones presupuestales no se cumplirán sino son acompañadas por verdaderos planes de desarrollo económico, con el ingreso de nuevas empresas privadas, con nuevas tecnologías y con estabilidad laboral.
Personalmente dificulto que el gobierno del Frente Amplio nos conduzca por una senda de crecimiento económico y de bienestar, más bien todo lo contrario. El gasto público, ese gran digestor de impuestos tuvo la oportunidad de ser revisado y reducido procurando equilibrio entre ingresos y gastos o buscando superávits anualmente que permitan la reducción de la carga impositiva al ciudadano, que por otra parte se trasluce en distribución de riqueza.
Los gobiernos del Frente Amplio han sabido y saben gastar en todo aquello que no retorna a la comunidad, pero también han demostrado su incapacidad de crear riqueza para el mejoramiento de la calidad de vida de los estratos más bajos de la escala social.
Los cuidados de salud, la construcción de viviendas, la lucha contra la inseguridad y delincuencia, y el mejoramiento de los niveles educacionales -No TISA sin haberlo negociado previamente- poco importan.
No conozco en estos períodos de altísimos ingresos públicos obtenidos de los flacos bolsillos de los trabajadores obras de infraestructura o dinero bien invertido - Regasificadora, ALUR- que logre avanzar en el desarrollo nacional (económico y social) para que nuestros hijos, nietos y los que vendrán vivan en un país mejor y no tengan cada tanto que emigrar a los países que sí lo están.
Así no se construye un país entre todos. Desde que el FA asumió el poder, hemos visto cómo se gobierna para la barra de amigos, para los corporativismos, para los que fueron guerrilleros y atentaron contra la democracia, para los aliados y socios sindicales que continúan reivindicando la lucha de clases, y paralizan con huelgas el país día sí, día no.
Nos esperan cinco años de vacas flacas si no hay cambios y el mejor cambio se vincula a través de un modelo de desarrollo exportable, priorizando la creación de riqueza y fortaleciendo la competitividad de nuestras exportaciones.
*) Especialista en inversión bancaria y asesoramiento empresarial, egresado en 1980 de la Universidad de la República Oriental del Uruguay “Contador Público y Licenciado en Administración”. Ex vicepresidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo. Ha desarrollado una proficua e intensa actividad en la banca nacional e internacional, destacando las áreas de inversiones, reestructuración de deuda, banca corporativa, banca minorista, proyectos de inversión, ingeniería financiera y comercio internacional.
En 1990/1991 ocupó la gerencia comercial de Credit Lyonnais Uruguay y participó en la renegociación de la deuda externa uruguaya en estrecho contacto con el Ministerio de Economía y Citibank N.A.; de 1992 a 1996 estivo a cargo de la gerencia comercial de Banco Exterior Uruguay (hoy BBVA Argentaria).
Desde el año 2006 desarrolló servicios profesionales independientes en Consultoría y Finanzas Corporativas en varias empresas.