*) Cecilia Goldaracena

Caminando por las calles del barrio de Plaka en Atenas, a cuadras del famoso Partenón el sonido de estas calles es de música típica griega, conversaciones que vienen de las tabernas y el ajetreado tránsito. ¿La crisis? No se ve. No se escucha hablar de ella hasta que surge el dialogo con algunas personas locales.

Sesenta Euros es el límite de dinero que se puede obtener en los cajeros automáticos por día. Pero para el turista la ciudad funciona con total normalidad, es muy fácil moverse en transporte público, los puntos turísticos están abiertos en los horarios normales, la limpieza de las calles es impecable (llamaron mi atención las veredas de mármol!) el control policial se ve en varias esquinas y no hay muchos rastros de lo que si reflejan las noticias a diario.

El primer consejo al turista es llevar todo el efectivo posible, no porque no pueda conseguirlo en cajeros automáticos (para ellos no hay límite de monto diario) pero si facilita en el momento de pagar algún servicio, muchas personas en el momento de pagar es normal que le pidan al cliente si puede hacerlo en efectivo.

En la ciudad se escuchan todos los idiomas, pero me llamó poderosamente la atención el esfuerzo que hace el locatario para hablar español y poder comunicarse con el turista hispano parlante. Alemania es otro de los orígenes de varios turistas, al igual que Inglaterra, Rusia y Francia.

Es muy fácil viajar desde cualquier ciudad de Europa gracias a una compañía conocida por sus accesibles boletos de avión y vuelos directos (no así por la comodidad y servicio, cabe destacar). Es así como Atenas a pesar de la crisis que está atravesando se ha convertido en un destino sumamente tentador para el turista europeo y de todas partes del mundo.

Grecia no solo ofrece Atenas con la majestuosidad del Acrópolis con su Partenón en la cima de la capital, museos, calles típicas de tabernas y música, sino también la facilidad de tomar un ferry desde el puerto del Pireo y conocer hermosas islas.

Hay para todos los gustos. Desde la Isla más tranquila como Hydra sin autos y solo el ruido del mar y los caballos caminando sobre los adoquines al otro extremo, como Mikonos con música electrónica y sus populares bares en la playa. Para el turismo acostumbrado al “primer mundo” algunas escenas son casi “exóticas”: locatarios por las calles de Atenas en moto a altas velocidades sin usar casco, o personas disfrutando de la “libertad” de fumar en lugares cerrados o abiertos sin problemas.

Mientras espero el ferry para viajar a la isla de Hydra una niña se acerca tocando el acordeón en búsqueda de algunas monedas, y la misma imagen se repite días después con otra pequeña vendiendo rosas; me dice un piropo me da una flor y me pide un euro.

Alejo los ojos de las imágenes turísticas, y mirando a esta niña pienso en todos los otros que están muriendo a orillas de este país tratando de encontrar un futuro mejor y me pregunto cómo será su presente si vienen buscando esto… y ahí está la crisis. Una crisis general no solo económica, una crisis que al igual que el Partenon es ya casi patrimonio de la humanidad, que es confuso pensar si ayudamos o perjudicamos, una crisis disimulada con ambiente de verano y turismo.

Un país que parece tener todo, donde más de 2000 años atrás se interpretaban tragedias en sus teatros y hoy si miramos un poquito más allá, se ven en cada esquina.

 

*) Nacida en Punta del Este-Uruguay, reside en el exterior desde 2010 (Washington DC- EEUU y actualmente Cambridge-Inglaterra).

Columnista de Frecuencia Abierta (Aspen FM de Punta del Este), comenzó en 2002 y se unió al equipo nuevamente en 2011.

Blogger y fotógrafa. Escribe sobre viajes, ciencia, historia y temas de actualidad.

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