*) Enrique M. González Vilar Laudani

Hacía muchas horas que venía manejando. La ruta atravesaba un paisaje monótono y llano. No había árboles ni plantaciones. La ausencia de colinas, montes o algún pequeño cerro, hacía más aburrido el viaje que me llevaría de Bahía Blanca hasta General Roca, en Argentina.

Habiendo acabado mis provisiones y sin agua para seguir mateando, decidí detenerme en el primer parador que encontrase. Seguí manejando un buen rato aún, y para mi sorpresa, de pronto, de la nada, luego de una curva cerrada, apareció ante mí un espectáculo imponente: Comenzó a desplegarse el Valle del Río Negro, repleto de bosques, plantaciones frutales y viñedos.

¡Qué contraste con el paisaje anterior!. Entusiasmado por el espectáculo, apenas pude divisar un parador al costado de la ruta, en el acceso a la ciudad, donde bajé a comprar las provisiones necesarias.

Sentada en un banco al lado de la entrada al local, una mujer admiraba la explosión de Naturaleza, con los ojos entrecerrados. Minutos después, un viajero se acercó a ella y le pregunto: “-Señora, tengo que entrar al pueblo para vender mis productos. ¿Cómo es la gente en esta ciudad?- .Mirándolo apenas, ella le repreguntó: -“¿Cómo es la gente en su pueblo?- El vendedor contestó que donde vivía las personas eran amables, tranquilos, decentes y muy solidarias. Luego de su respuesta, la mujer le dijo: -“Aquí la gente es igual a la de su pueblo” y con esta respuesta, el joven se fue muy contento, animado para hacer buenos negocios.

Antes de volver al auto, vi a otro hombre acercarse a la mujer. Su camioneta colmada de equipaje y familia, parecía tocar el piso. Curiosamente le preguntó lo mismo que el viajante rato antes. Pero al describir la ciudad en la que había vivido, dijo que sus habitantes eran chismosos, malos vecinos, descorteses y ladrones.

Esta lugareña, impasiblemente, le contestó exactamente igual que al anterior personaje: -“Aquí la gente es igual a la de su pueblo”,  y dicho esto, el viajero volvió a su vehículo descontento por tener que seguir su viaje buscando un lugar mejor.

Al salir, me atreví a preguntarle cómo había dado dos respuestas tan contradictorias y diferentes sobre la misma ciudad. Mirándome y con paciencia me explicó: “La frase es la misma, la ciudad es la misma, pero la respuesta que obtendrán, será según lo que esté depositado en su corazón; de acuerdo a la manera en que miran, piensan, sientan y hagan con los demás. Esto determinará la clase de gente que encontrarán.

¿Qué hizo la diferencia? Las distintas visiones de ambos viajeros, refleja la manera en que vemos las cosas cada día, desde las más pequeñas a las grandes. A menudo, cuando tenemos problemas, solo hay dos maneras de plantarnos ante estos: Positiva o Negativamente.

La naturaleza del problema no cambiará según como lo veamos, pero si la posibilidad de solucionarlo.

Si pensamos negativamente la tristeza, enojo, abatimiento y angustia nos paralizarán. Comenzaremos a quejarnos y decir: -“porqué me sucede a mí”, y en general no hallaremos una respuesta satisfactoria, que nos conforme, a esta pregunta.

Por el contrario, cuando vemos los problemas positivamente, transformamos a estos en DESAFIOS. Hacerlo así hace que nuestra mente se active para encontrar soluciones. Tener una actitud mental positiva nos permite salir del papel de víctimas (manejados por las circunstancias o por otros) y asumir el control de nuestra vida. Ser positivos nos permite tener la claridad, creatividad, fuerza, tranquilidad y poder que aumentarán nuestra capacidad de solucionar, crecer y disfrutar.

¿Hacemos la prueba? La próxima vez que nos pase algo no muy lindo… ¡A ser Positivos!.

*) Periodista (Universidad Nacional de la Matanza - Bs. As. - Argentina). Director de Seminarios e Institutos en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para las sedes Morón, Quilmes y Merlo (todo en Bs. As.).

Docente y Profesor en religión para jóvenes de 14 a 30 años. Director del Programa de Becas Educativas (FPE) de la Iglesia en Instituto SEI Merlo. Coach y Orientador Educativo en el mismo Instituto.

Todo esto fue realizado desde 1986 a 2013. Coach de Vida y Facilitador de proyectos personales (Estudios con la Licenciada Graciela Sessarego - Venezuela).

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