*) Enrique M. González Vilar Laudani

Hace un par de meses me encontraba con la familia festejando un acontecimiento importante. Con la colaboración de todos, fuimos a ver una película y luego a comer unas hamburguesas en una cadena de comidas rápidas, a pedido de la más pequeña, entusiasmada con el regalito que venía con su Cajita.

Mientras comíamos, conversábamos sobre la película que acabábamos de ver y de otros temas. En un momento de silencio, comencé a observar a cuatro jóvenes que estaban sentados a nuestro lado.

Eran dos muchachas y dos muchachos, sentados unos frente a los otros, que, mientras comían, entablaban chateos entusiastas con sus teléfonos inteligentes.

Ninguno hablaba. Solo se escuchaba la musiquita característica cuando recibían un mensaje y a continuación una expresión de burla, risa, o un ruido que asemejaba una palabra, tras lo cual enseguida escribían una respuesta frenéticamente.

Me llamó poderosamente la atención darme cuenta de que algunas de estas “conversaciones” se mantenían entre ellos mismos, separados por tan solo una mesa, cual si fuese un mensaje encriptado que no podía darse verbalmente, sino por el extraño código del chat. Luego de un rato, en sincronía (¿lo habrían acordado en esta mística conversación?) se levantaron y tomando sus cosas se fueron sin decirse ni una palabra.

En los días siguientes estuve pensando bastante en el tipo de comunicación que estamos llevando los seres humanos, en la modificación de nuestras conductas que introdujo la tecnología, el ritmo de vida, las costumbres y hasta los valores morales.

Llegué a una primera conclusión: Los modelos comunicacionales, si bien se han modificado con los descubrimientos científicos, siempre han tenido fallas debido a nuestra falta de conocimiento o por no tener deseos de usarlos en la manera correcta, (a partir del respeto al otro, la consideración por opiniones diferentes, el reconocimiento a la diversidad y las diferentes experiencias de cada uno).

Las frecuentes dificultades en la comunicación pueden ser ilustradas por este pequeño relato que se encuentra en una vieja revista de A/S Rederiet Odfjell acerca de una tripulación de un barco de guerra:

“RARO FENOMENO:

1-    Comunicación del Capitán al Oficial Principal: Mañana a las 9 de la mañana habrá un eclipse total de sol. Esto no se ve todos los días, por lo tanto, formemos a la tripulación en cubierta, vestidos con sus mejores ropas para que lo vean. Para que puedan apreciar este raro fenómeno, yo mismo lo explicaré. Si llueve no podremos verlo claramente. En ese caso la tripulación deberá reunirse en el comedor.

2-    Comunicación del Oficial Principal al 1ª Oficial: Según órdenes del Capitán, mañana habrá un eclipse total de sol a las 9 de la mañana. Si llueve, no podremos verlo claramente desde cubierta vestidos con nuestras mejores ropas. En ese caso, la desaparición del sol será completamente observada en el comedor. Esto no pasa todos los días.

3-    Comunicación del 1ª Oficial al 2ª Oficial: Según órdenes del Capitán, mañana observaremos, vestidos con nuestras mejores ropas, que el sol desaparece en el comedor a las 9 de la mañana. El Capitán nos informará si lloverá. Esto no pasa todos los días.

4-    Comunicación del 2ª Oficial al Contramaestre: Si llueve en el comedor mañana a la mañana, cosa que no pasa todos los días, el Capitán, vestido con sus mejores ropas, desaparecerá a las 9.

5-    Comunicación del Contramaestre a la tripulación: Mañana a las 9 de la mañana, el Capitán desaparecerá. Es una lástima que esto no pase todos los días”

Este risueño relato ilustra cuántas veces, lo que queremos transmitir se ve dificultado por un montón de variables para llegar tal cual lo pensamos. En este caso particular, quisiera mencionar algunos consejitos para mejorar la comunicación con los miembros de nuestra familia. Son sencillos y si los aplicamos, veremos sus frutos inmediatamente.

a)    Escuchar lo que el otro nos dice sin interrumpirlo

b)    Hablá de tal modo que los demás puedan entenderte

c)     Usa palabras que demuestren cariño

d)    Enfocate en el problema y no en la persona

e)    Pasa un rato a solas con los miembros de tu familia

f)     Nunca, nunca, pero nunca hables cuando estés enojado.

g)    Hace de tu hogar un lugar de refugio

h)    Mejorá la comunicación en tu matrimonio

i)      Nunca te acuestes con malos sentimientos hacia alguien de tu familia.

En la próxima columna aprovechare para desarrollar estos temas de manera un poco más extensa, para dar algunas ideas y espero poder recibir por mail algunas de ustedes también. Sé que podemos mejorar la comunicación en la familia, entre nosotros como sociedad y espero también entre tú y yo.

¿Lo intentamos juntos?

*) Periodista (Universidad Nacional de la Matanza - Bs. As. - Argentina). Director de Seminarios e Institutos en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para las sedes Morón, Quilmes y Merlo (todo en Bs. As.).

Docente y Profesor en religión para jóvenes de 14 a 30 años. Director del Programa de Becas Educativas (FPE) de la Iglesia en Instituto SEI Merlo. Coach y Orientador Educativo en el mismo Instituto.

Todo esto fue realizado desde 1986 a 2013. Coach de Vida y Facilitador de proyectos personales (Estudios con la Licenciada Graciela Sessarego - Venezuela).

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