*) Cr. Daniel Pelenur

Las disponibilidades son el elemento más liquido que poseo en mi activo, es decir, es el dinero en efectivo mas cheques en cartera a depositar (Caja), el fondo fijo para pagos menores, el dinero que mantengo en bancos, e inversiones temporarias de corto plazo.

Estos rubros que componen mi activo, se alimentan o aumentan principalmente de las cuentas a cobrar, por las operaciones normales de mi empresa. Existen también otras opciones de aumento como pueden ser préstamos financieros, aportes societarios entre otros.

Mis disponibilidades bajan cuando hago pagos normales de la operativa de mi empresa, que incluyen proveedores, sueldos, obligaciones fiscales y demás.

Un factor de distorsión para el razonable y normal desenvolvimiento de mi “Caja” es cuando no está claro que dicho elemento de mi activo forma parte también de mi vida personal y de mi familia. Es muy común que se “mezclen” la caja de la empresa y la caja “familiar”.

Debemos ser muy prudentes en este sentido, la empresa cumple un ciclo económico, cuando recibe el dinero por su venta de productos o servicios, ese dinero que yo mantengo en disponibilidades como último eslabón del proceso, contiene el costo del producto más mi razonable margen de ganancia.

Es con estos dineros que posteriormente afecto para comprar más materias primas o servicios, pagar mis obligaciones y demás pasivos operativos, y dentro de ese dinero entonces queda mi margen por operaciones.

Nuestra tendencia es mantener nuestros retiros y afectación de fondos para el presupuesto familiar, muchas veces sin considerar que nuestro volumen de facturación ha bajado, o que nuestro margen de utilidad no es el más conveniente.

Mantenemos gastos y compras que van a afectar mi capital de trabajo de la empresa. Lentamente la vamos desfinanciando.

El punto de equilibrio respecto a estas afectaciones a la caja de la empresa es muy sensible, y tiene que ver con mis relaciones, presiones, emociones, afectos y vínculos de mi familia; en un momento se tendrá que tomar la decisión de no hacer el viaje o no cambiar el auto, o no invertir en mi propiedad para una refacción o demás afectaciones de dinero para el entorno familiar.

La empresa debe seguir subsistiendo, y para eso necesita de disponibilidad de dineros para hacerla funcionar, con números de gestión actualizados voy a tener la herramienta necesaria a fin de saber “sintonizar” con mas precaución y razonabilidad los retiros y salidas para los distintos gastos familiares.

Se debe separar la caja de la empresa con la caja de la familia. Es un tema de autocontrol, delicado, y sujeto a conflictos, pero debemos ser inflexibles a la hora de tomar las mejores decisiones para que mi organización mantenga un razonable nivel de capital de trabajo con índices de pago de pasivos satisfactorios.

Una alerta importante al respecto es cuando tengo que financiar obligaciones a corto plazo con préstamos o aportes, cuántas veces hemos oído y visto de la necesidad de obtención de créditos para el pago de aguinaldos, sueldos o cargas sociales.

En estos casos debemos tener muy claro el motivo por el cual me estoy endeudando, puede ser coyuntural-operativo, o puede ser lo que hemos tratado, la conjunción de familia y caja de la empresa.

*) Daniel Pelenur, Contador Público. Master en Administración de Empresas (New York University). Ocupó cargos gerenciales de primer nivel en áreas administrativas financieras en importantes empresas en Montevideo y Buenos Aires.

Docente Universitario. Desde el 2008 hace consultoría y capacitación en empresas familiares en áreas de Administración, Finanzas y Organización.

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