La semana pasada las calles de Washington DC estaban más frías y blancas que nunca. Fue la tormenta de nieve más grande en 100 años. Enfrente a la Casa Blanca, en el 1600 de la calle Pensilvania el martes 26 de enero seguía estando firme bajo la tormenta, la carpa de quien hizo la manifestación más larga de la historia.
Concepción Piccioto estuvo aquí protestando durante 35 años. Falleció ese martes, en un refugio para personas sin hogar. Murió a los 80 años, o al menos cerca de los 80, porque ella decía que perdió la cuenta ya de cuantos años tenía. Tuve la suerte de charlar con ella en varias oportunidades en esos 5 años que viví en Washington DC.
La primera vez comenzamos el dialogo en inglés y al reconocernos mutuamente los acentos cambiamos al español, y ahí ella me contó que era de Vigo-Galicia y toda su historia…
Con su casco permanentemente puesto para protegerse de “los rayos electromagnéticos que le llegaban desde la casa blanca”, ella conversaba con todos aquellos que se acercaran a su carpa.
Sus carteles que la acompañan desde los 80 explicaban su causa. Sus manifestaciones comenzaron mas por motivos personales, perdió la custodia de su hija y nunca volvió a verla. Su sueño era volver a España y criarla allí. Pasaron los años y su manifestación tomo un tinte más político y anti guerra.
En el 2012 Concepción fue atropellada por un auto mientras andaba en su bicicleta y gracias a un grupo de manifestantes que cuidaron de su carpa ella pudo volver y continuar manifestando una vez recuperada. Porque según la normativa del servicio nacional de parques, si la carpa no tenía a ninguna persona en ella, iba a ser quitada del lugar.
En el 2014 muchos pensaron que nuevamente su “estadía” en frente a la Casa Blanca se terminaría ya que un hombre violó la seguridad de las rejas de la casa blanca y corrió por el jardín y esto haría más estricta la seguridad en esta zona.
Pero el departamento de seguridad tampoco retiró la carpa. Casi parece que la Casa Blanca quería que Concepción estuviera ahí. “Tenemos que hacer un mundo en PAZ no en pedazos”, repetía con sus carteles en mano. Vivía de las donaciones y de cambiar monedas por “piedras de la paz” que ella misma pintaba.
Sin duda un personaje y un símbolo que en Washington seguro muchos recordarán por años.
(Fotos: Cecilia Goldaracena)
*) Nacida en Punta del Este-Uruguay, reside en el exterior desde 2010 (Washington DC- EEUU y actualmente Cambridge-Inglaterra).
Columnista de Frecuencia Abierta (Aspen FM de Punta del Este), comenzó en 2002 y se unió al equipo nuevamente en 2011.
Blogger y fotógrafa. Escribe sobre viajes, ciencia, historia y temas de actualidad.
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