El Director de Limpieza de la Intendencia de Montevideo, Néstor Campal, acaba de dejar su cargo para pasar a ocupar el cargo de Director Nacional de Minería y Geología en el Ministerio de Industria, Energía y Minería. Campal es Licenciado en Geología y, en tal sentido, se ha sostenido que su cambio de destino obedece a su especialización en esa temática.
Sin embargo, sólo un desprevenido o un tonto puede leer el cambio ocurrido sin vincularlo con la gigantesca crisis de la basura por la que atraviesa Montevideo desde hace años pero que en estos momentos ha adquirido dimensiones inéditas.
Ciertamente, hay una cosa que es indiscutible, la política de limpieza de la Intendencia montevideana es un catastrófico fracaso y, la sustitución de su jerarca es o debía ser una obvia consecuencia de tal fracaso.
Estamos, literalmente, inundados de basura; pero además nos dicen que hasta fines de este año el tema no estará resuelto. Gravísimo que un gobierno que tiene la responsabilidad de esta política (como tantas otras) desde hace más de veinticinco años, nos diga que recién a fines de este año podrá resolver un asunto tan básico como la recolección de residuos de una ciudad.
Desopilante, si no fuera patético, vergonzoso y, además, peligroso para la salud de nuestros vecinos.
Pero lo más sorprendente es que el responsable directo de la catástrofe es premiado con un cambio de destino que puede ser leído hasta como un ascenso. Es más, el propio Campal valoró su nueva responsabilidad como la culminación de su carrera profesional. Sorprendente, ¿no?.
Pues bien, hay más para este boletín. La anterior Directora de Minería y Geología, Licenciada Leda Sánchez, pasará a un cargo de Asesora de dicha Dirección, por tanto mantendrá un cargo remunerado en el mencionado Ministerio.
Nada se pierde, todo se transforma. Ahora el Estado pagará tres sueldos en lugar de dos.
Todavía no se sabe quién sustituirá al Lic. Campal, lo cierto es que el fracaso en la conducción de una política se premia con otro cargo alternativo.
¿Es la primera vez? Por cierto que no.
Hace unos años, el responsable del catastrófico Corredor Garzón, en aquel entonces Director de Acondicionamiento Urbano, Gerardo Urse, defendía ante toda evidencia el “éxito” de tal corredor que tuvo la originalidad de convertirse en el único en el mundo que, una vez inaugurado, produjo un incremento en la demora de la circulación con respecto a la situación anterior. Un verdadero record mundial.
O sea, una obra que insumió significativos recursos de la Intendencia, orientada a mejorar el traslado de miles de vecinos, produjo el empeoramiento de la situación que existía antes de semejante obra.
Pues bien, el responsable principal de ese fracaso contundente, fue removido de su cargo a mediados de 2013 cuando el desastre del Corredor Garzón ya era imposible de justificar. Pero, ¿a dónde fue el Sr. Urse? Al Directorio de la Corporación Vial.
O sea que, como resultado de tal gestión, el jerarca removido fue “colocado” en otro cargo, de mayor jerarquía ahora a nivel nacional, en la misma área de gestión en donde había mostrado una ineptitud difícil de igualar.
Más atrás en el tiempo, a pesar de las contundentes confirmaciones sobre la situación del Director de Casinos, el Cr. Juan Carlos Bengoa, que indicaban su responsabilidad penal en diversos delitos, el gobierno de la época lo mantuvo en su cargo hasta el día antes de ser procesado con prisión.
También fue muy demorada la salida de los integrantes del Directorio de ANCAP, responsables directos de un fracaso mayúsculo que le costó al país casi mil millones de dólares.
Para el partido de gobierno no existe una efectiva evaluación de las gestiones, ni de las responsabilidades correspondientes. Los méritos se miden con respecto a ser amigo o militante de alguno de los sectores del Frente Amplio. El “acomodo” y el “amiguismo” que fuera denunciado con justicia, como uno de los graves defectos de los gobiernos de los partidos tradicionales, se ha convertido en un vicio permanente e insolente en los gobiernos del Frente Amplio.
“Pasando al fondo que hay lugar…” es la consigna para sostener y defender lo indefendible. Por supuesto que todo esto se financia con la plata de todos los uruguayos.
Es sorprendente hasta dónde puede llegar el mareo del poder y el reflejo defensivo de abroquelarse y defender a todos los compañeros hagan lo que hagan y digan lo que digan.
Estas son las cosas que nos muestran con cada vez mayor nitidez, hasta dónde ha llegado el desgaste del ejercicio de un poder demasiado concentrado durante muchos años.
*) Pablo Andrés Mieres Gómez (Montevideo, 30 de julio de 1959), doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad de la República de Uruguay. Posee un Grado en Sociología para el Desarrollo obtenido en el Instituto CLAEH. Director de la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Católica del Uruguay y profesor universitario de grado y postgrado en la misma Universidad.
Además es autor de numerosos artículos y libros en los temas de su especialidad. Actualmente es Senador de la República por el Partido Independiente, por el que además ha sido candidato a la presidencia.