*) Mauro Mendiburu Benedetto

A partir de la publicación del EMEC (Expectativas Macroeconómicas El Cronista), una suerte de encuesta de expectativas económicas desarrollada en Argentina, resulta de interés analizar qué esperan los distintos investigadores económicos de la vecina orilla, de cara a la próxima temporada de verano. Dichos datos nos permitirán hacer una proyección estimada de alguna de las variables económicas que influyen en la decisión de los argentinos, de veranear en esta margen del Río de la Plata en el próximo verano.

En primer lugar, resulta bastante homogénea la proyección de la inflación para 2016. La media estimada ronda en el 41,28%, con un máximo de 50% y un mínimo de 37% entre los encuestados. Una tasa de inflación muy alta, por cierto, que terminará lejos de las proyecciones del Gobierno del Ing Macri.

En segundo lugar, algo más disperso, el valor del dólar se estima en una media de $ 16,27. El máximo proyectado es de $ 17,60, y el mínimo de $ 15,70. Como es de esperar, resulta más difícil dicha estimación, lo cual explica la mayor dispersión en su valor final.

Si analizamos dichas estimaciones y las agregamos a las que resultan de la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central del Uruguay, obtenemos un resultado bastante alentador de cara a la próxima temporada: de concretarse todos los pronósticos, a los argentinos, Maldonado les resultará un 17,75% más barato el próximo verano (con respecto al anterior).

También buena parte de la competencia a nuestro destino se ha abaratado con respecto a Argentina, sin embargo Uruguay lo habría hecho en mayor medida. Ello explica las constantes preocupaciones de los empresarios turísticos argentinos, evidenciando fuertes caídas en las reservas en las vacaciones de julio, y constatando un crecimiento importante de los viajes a Miami o Brasil en los meses de invierno. Porque sin duda, con las actuales estimaciones, el gran perdedor de la próxima temporada será el turismo interno del vecino país.

Difícilmente la próxima temporada será un éxito, ya que, aún con el viento a favor de la mejora de competitividad, Argentina sufre una fuerte caída de los ingresos de casi todos los sectores sociales (a excepción de los vinculados a la agroindustria), por lo que no podemos esperar mucho de la clase media argentina.

Por otro lado, todos sabemos que, por la buena política de segunda residencia impulsada por Destino Punta del Este y la Administración De los Santos, varios argentinos tienen “solucionado” su gasto de alquiler, de modo que el abaratamiento de la estadía en el verano resulta importante al momento de tomar una decisión turística. Al mismo tiempo, queda claro que el sector favorecido con las políticas económicas argentinas, es asiduo visitante de nuestras costas.

Resta que nuestros agentes económicos no abusen de esta mejora de la competitividad, aumentando fuertemente los precios como nos tienen habituados previo al inicio de la temporada; y que de parte de nuestro Gobierno, no presione a la baja al dólar y pueda terminar por encima de los $ 33 para diciembre; que ninguna sorpresa surja en Argentina, y tengamos buenas nuevas del proyecto de blanqueo que se está reglamentando en el Ministerio de Hacienda de dicho país. Si ello ocurre, la carta de la competitividad puede ser correctamente jugada para lograr una temporada al menos aceptable.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

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