*) Mauro Mendiburu Benedetto

El Instituto Nacional de Estadísticas ha publicado en esta semana el IPC de Agosto 2016. La variación del mismo marca una caída abrupta de la inflación en los últimos tres meses, descendiendo a 9.38% anualizada. En el mes de Agosto y comparado con igual mes del año pasado, cae a menos de la mitad del guarismo medido en dicho período. Con ello, nuestro país vuelve al club de los países con inflación de un dígito. Sin lugar a dudas, una buena noticia para la economía local.

Quizá el aspecto menos interesante es que la inflación ha caído a expensas de un tipo de cambio, a nuestro entender, demasiado bajo. Si la caída de la inflación va a depender siempre de una caída del valor del dólar, nuestra competitividad se verá afectada cada vez que ello ocurra, con sus consecuencias por el lado de la economía real.

Lo bueno es que estamos viendo en estos días un repunte del valor del dólar, obviamente a partir de la reducción en la tasa de inflación. Queda claro que la caída de la inflación conlleva a una mejora en la competitividad.

El otro aspecto negativo resulta de la desagregación de los bienes y servicios que componen la canasta con la que se mide el IPC. Notamos allí que los precios de los productos que más han crecido, han sido alimentos y bebidas no alcohólicas. Y en segundo lugar, los vinculados a educación privada y salud.

O sea, los sectores que menos participan en la distribución del ingreso y la clase media baja, han sido los más afectados. Por otro lado los que menos han subido, se vinculan a bienes y servicios que consumen en mayor medida relativa los sectores más pudientes, como automóviles, ocio y recreación.

Y por allí está la clave para ver cómo evolucionará la inflación en los próximos meses: es indispensable que la variación del rubro alimentos y bebidas no alcohólicas se modere, y que el aumento -deseado- del tipo de cambio no repercuta negativamente en la variación del IPC.

Por otro lado, los rendimientos de las colocaciones en pesos han sido las más beneficiadas con esta evolución inflacionaria. A manera de ejemplo, las rentabilidades de letras en el corto plazo superan el 5% real, una tasa nada despreciable para tan segura inversión.

Considerando que en los últimos 10 años, la rentabilidad de las colocaciones en pesos le ha ganado a las colocaciones en dólares 4 a 1, no es de extrañar que ello también haya ocurrido en el último mes, y seguirá ocurriendo en el corto plazo si el combate de la inflación se basa en un ancla cambiaria. Claro está, que necesariamente luego, en el mediano plazo, vendrá la corrección necesaria, muchas veces poco moderada.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

e-max.it: your social media marketing partner