El consejero de Primaria, Héctor Florit, dijo que el número de escuelas de tiempo completo y extendido que actualmente alcanza las 300 en todo el país, permite anticipar que el quinquenio terminará con 400 o 450 centros educativos de este tipo funcionando.
El consejero de Educación Inicial y Primaria, Héctor Florit, dijo que el modelo de escuelas de tiempo completo y extendido, se aplica en forma creciente, lo que implica la concreción de edificios adecuados. Por tanto, el CEIP concreta inversiones en obras nuevas o ampliación de locales.
Si bien el Presupuesto aún está a estudio parlamentario (hoy en la Cámara de Senadores), las autoridades de Primaria consideran posible mantener el ritmo con el que trabajó en los últimos cinco años. El número de escuelas en las distintas modalidades de tiempo extendido varió de 200 a 300.
Para este período se programa una transformación de alrededor de 20 o 25 escuelas anuales de tiempo simple a tiempo completo. Estas transformaciones también estarán acompañadas por el pasaje de jardines de infantes de cuatro horas a siete horas y media, es decir, jardines de jornada completa.
El jerarca señaló que al final de esta administración la cifra se acerque a las 400 o 450 instituciones de este tipo. “Una propuesta del Centro de Investigación y Documentación Educativa de mediados de la década del 60, hoy es un objetivo logrado y es que el 20 % de la matrícula urbana tenga la alternativa de jornada completa”, dijo.
“La red escolar que tiene Primaria, alrededor de 2.300 edificios, está bien distribuida y cubre, en general, las necesidades. Tenemos el mandato, la responsabilidad de extender el tiempo y de mejorar la calidad de los locales. La ubicación y distribución de los centros está bien”, remarcó Florit.
Asimismo, aseguró que con esta modalidad se mejora la asistencia y la retención, y se evita la desvinculación. Además se fortalece la capacidad de convivencia de los alumnos y el vínculo de los niños con la institución, ya que “un niño que egresa a una escuela de tiempo completo, sale siendo un preadolescente de 11 o 12 años”.
Con esa edad, ya cuenta “con la experiencia de una institucionalización prolongada, que disfrutó los espacios educativos durante siete horas y media, que compartió con otros alumnos la jornada y valoró las oportunidades de aprendizaje”, destacó el jerarca de Primaria.