Aunque tenían en su poder una importante cantidad de efectos de alto valor, no se pudo probar que ellos hayan sido los autores de los robos. Para su suerte, fueron procesados por reiterados delitos de receptación, pero sin prisión.
El caso de los dos colombianos fue investigado por personal policial de la seccional 10ª de Punta del Este, a partir de la denuncia del robo de una laptop y una tableta, del interior de una finca en esa jurisdicción.
Según los denunciantes, desconocidos habían ingresado a la propiedad, rompiendo el mosquitero y luego violentando la banderola de la cocina. Inmediatamente surgieron sospechas de quienes habían sido los autores.
La Policía se movilizó rápidamente, y allanó tres días después una peluquería en la que se detuvieron a dos colombianos acusados de tener algún tipo de participación en los hechos que se estaban investigando.
Durante el procedimiento, fue ubicada la computadora portátil, al tiempo que se detuvo a un tercer individuo, también colombiano. Uno de los detenidos dijo una y otra vez que la laptop la había comprado a un joven en $ 5.000.
Agregó que el vendedor se domiciliaba en un asentamiento ubicado detrás de los talleres de la Intendencia de Maldonado, hacia donde fue una delegación policial, en tanto en otro allanamiento, se incautaron otros efectos.
Se ubicaron un iPod y otros ocho teléfonos celulares, además de tres cargadores; un pendrive y un adaptador de memorias; un teclado de una tableta, dos relojes, una lupa y hasta un costoso perfume importado.
Por último se presentó voluntariamente ante la Policía, otro colombiano, el que declaró que había adquirido la computadora portátil en la feria de Maldonado, por la suma de $ 2.000, y que luego se la vendió a su compatriota en $ 5.000.
Agregó que el iPod lo había comprado en el asentamiento mencionado en $ 1.000, y que también se lo había vendido a su compatriota. Además reveló que había comprado en la feria, una pulidora, un taladro, una cámara fotográfica, niveles de mano y un decámetro.
Puestos todos los detenidos a disposición de la jueza penal de 4° turno, dos de los colombianos fueron procesados sin prisión: D.F.B.P. fue imputado de reiterados delitos de receptación, y R.D.L.L., por dos delitos de receptación en reiteración real.