Tras dos maratónicas jornadas judiciales, la madrugada de éste sábado la jueza penal de 10° turno dispuso el procesamiento con prisión de un joven de 18 años, como autor del asesinato de Julio Fernández (50) ocurrido el pasado 13 de diciembre en el barrio El Molino de Maldonado.
El autor de los dos disparos con una pistola 9m.m., que cegaron la vida de Julio “Boca” Fernández Martínez, fue un joven de 18 años que entre 9 y 10 de diciembre había viajado desde la ciudad de Minas, junto a otros jóvenes, en procura de encontrar trabajo.
Se alojó al igual que sus amigos, en la casa de otro individuo también minuano pero que hace algún tiempo está viviendo en Maldonado. En medio de evasivas y acusaciones cruzadas entre los 8 detenidos tres días atrás, fueron surgiendo algunos elementos.
El asesino, C.A.L.A., reconoció que junto a otro joven que se negó a identificar, salió a recorrer algunos barrios de Maldonado en procura de perpetrar una rapiña, y que esa fue la intención cuando abordaron a Fernández. “Se nos fue de las manos” declaró.
Vencidos los plazos legales, la justicia tuvo que dejar en libertad a los demás detenidos; entre ellos está quien acompañó a C.A.L.A. y conducía la moto al momento de la sangrienta rapiña. Un menor de edad quiso hacerse responsable, pero se cree que encubre a un hermano.
El hermano del menor, es quien aparece como más comprometido y sería el cómplice de C.A.L.A., pero por el momento, ni siquiera de los careos a los que fueron sometidos, surgió la verdad respecto al verdadero piloto de la moto con la que recorrían barrios de Maldonado.
El asesino, fue procesado con prisión, como autor de un delito de homicidio muy especialmente agravado en calidad de autor. Ahora, se prosigue trabajando en procura de saber exactamente quien conducía la moto y como llegó a ellos la pistola 9m.m.
Hay varios testimonios y filmaciones que apuntan directamente a uno de los jóvenes que estuvo detenido hasta la última madrugada; sin embargo no fueron pruebas contundentes para la justicia, en virtud de que tampoco nadie confesó su participación.
Arma mortal
Como lo informara en exclusiva MaldonadoNoticias, los peritajes balísticos realizados por la Dirección Nacional de Policía Científica sobre los dos casquillos encontrados en el lugar del crimen de Fernández, revelaron que el arma fue usada días después para otros dos asesinatos.
A Julio “Boca” Fernández lo ultimaron el 13 de diciembre poco antes de la hora 14.00, mientras que los días 19 y 20 del mismo mes, mataron con la misma pistola en las calles de la ciudad de Minas a dos delincuentes: los hermanos Virches.
A partir de ese dato clave, investigadores de Maldonado comenzaron a trabajar pacientemente con los ojos puestos en la ciudad de Minas, desde donde han viajado sistemáticamente en los últimos tiempos, bandas de delincuentes.
La detención la semana pasada de otro joven en Maldonado, que terminó procesado sin prisión por receptación, tras haber sido detenido en una moto que no era suya, también precipitó el esclarecimiento de este caso que está en manos de personal de Investigaciones.
Sin explicaciones
Julio Fernández Martínez (50), fue asesinado frente a su propia casa del barrio El Molino de Maldonado, en las primeras horas de la tarde del sábado 13 de diciembre de 2014, y ante varios testigos, incluidos algunos niños y una quinielera.
El “Boca” fue ultimado de dos disparos, efectuados a corta distancia con una pistola 9m.m. que se pudo establecer algunas semanas después, había sido usada por quienes asesinaron a los hermanos Marcelo y Aldo Virches a fines del mismo mes en Minas.
El hecho de sangre ocurrió sobre la hora 13.20 de aquella jornada, cuando Fernández -dueño de una carpintería de aluminio y vidriería-, salió a la calle al escuchar que había llegado una mujer que levanta quinielas, para hacer una jugada.
Casi al mismo tiempo, se detuvo una moto ocupada por dos desconocidos quienes bajo amenazas con un arma le solicitaron la entrega del dinero. Según testigos el comerciante ni siquiera se resistió, cuando recibió dos balazos.
Uno de los disparos le impactó a la altura del cuello y el otro en una de sus axilas. El hombre cayó mortalmente herido en la calle, confirmándose algunos minutos después que había dejado de existir prácticamente en el acto.
Testigos de lo ocurrido no salían de su asombro por la frialdad con que actuaron los delincuentes, quienes casi sin mediar palabra ejecutaron al comerciante. Desde un primer momento se aseguró que ambos eran muy jóvenes.
En la escena del crimen, fueron encontrados dos casquillos de proyectiles calibre 9m.m., que resultaron claves para encaminar las investigaciones que desembocaron en la ciudad de Minas, donde fueron detenidos la mayoría de los delincuentes que declararon en los últimos días.