Los delincuentes argentinos detenidos el fin de semana durante un operativo policial coordinado en Piriápolis, fueron enviados a la cárcel, imputados por el delito de asociación para delinquir y múltiples delitos de hurto. Eran profesionales y uno de ellos viajaba a Punta del Este desde 2008.
El principal de la banda de cordobeses desbaratada por la Policía de Punta del Este y Piriápolis, fue identificado como M.J.M., de 31 años de edad. Este individuo ingresó decenas de veces a Uruguay desde el año 2008, según datos de Migraciones.
Este sujeto, estaba requerido por la Policía de Punta del Este, ya que durante un frustrado robo el pasado 18 de enero en la zona del Faro, perdió documentos personales y una tarjeta con teléfonos del dueño de una propiedad en Piriápolis.
Hace tres días, cuando fue a ingresar a nuestro país por Fray Bentos, fue detenido y desde allí trasladado a Punta del Este. Viajaba con 3 compinches que en principio pudieron seguir camino, pero fueron vigilados luego por la Policía de Piriápolis.
El domingo, como lo adelantara MaldonadoNoticias en carácter de primicia, un operativo combinado de efectivos de Punta del Este y Piriápolis, dio con los tres individuos mientras se desplazaban en una moderna camioneta VW Suran matriculada en Argentina.
En el vehículo y en la casa que alquilaban, se encontraron infinidad de efectos, producto de dos robos que habían perpetrado en menos de 24 horas, uno en balneario Solís y el otro en una finca alquilada por una familia de Colonia en Piriápolis.
Todos fueron trasladados a Punta del Este, donde junto a M.J.M. fueron interrogados durante toda la noche del domingo. Con naturalidad y por momentos con dejos de superioridad ante los investigadores, fueron reconociendo cada uno de los robos cometidos.
Dijeron que todo lo que robaban se lo llevaban a Argentina donde tenían los contactos para comercializarlo. En el caso de que la frontera estuviera “complicada” al momento de retornar, no tenían inconveniente en deshacerse de todo, tirando los botines en contendedores de basura o campos.
Nunca usaron armas y coordinaron cada golpe. Durante el allanamiento en Piriápolis, se encontraron equipos de comunicaciones que eran usados en cada robo. Quien oficiaba de “campana” se mantenía comunicado con quienes ingresaban a las fincas para alertarlos de cualquier circunstancia.
La justicia de Maldonado, tras varias horas de audiencia, procesó al cabecilla de la banda M.J.M, por el delito de asociación para delinquir en concurrencia fuera de la reiteración, con dos delitos de hurto agravados, uno de ellos en grado de tentativa.
Por su parte J.J.R., de 28 años de edad, fue a la cárcel por asociación para delinquir, con cuatro delitos de hurto agravados, uno de ellos en grado de tentativa. Ingresó a dos fincas en Punta del Este, a la de Piriápolis y a la de balneario Solís.
Un hermano del anterior, identificado como J.E.R., de 39 años, corrió la misma suerte y fue enviado a prisión imputado exactamente por los mismos delitos que el anterior.
Finalmente J.E.C., de 40 años, dueño de la camioneta VW Suran, fue remitido a la cárcel por dos delitos reiterados de hurto agravados en calidad de co autor. Este hombre era el que permanecía al volante y con un handy mientras sus compañeros robaban.
Durante los procedimientos, se recuperaron infinidad de artículos electrónicos, ropa, dinero de varios países y joyas entre otros efectos, todo lo que en estos días la banda pretendería llevarse para Argentina, apenas repararan uno de los vehículos.
Precisamente la banda había ingresado a nuestro país en la camioneta VW ya mencionada y en un coche Chevrolet Cruze que habían dejado en un taller de El Pinar, Canelones, porque había sufrido algunas fallas mecánicas en el último viaje hacia Maldonado.