Mientras este jueves funcionarios de Interpol llegaron hasta Piriápolis buscando pistas de Rocco Morabito y eventualmente de los otros dos hombres que huyeron con él de la ex cárcel Central, el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak explicó detalles del complejo caso, y la abogada del italiano habló de las irregularidades del caso.
Funcionarios de Interpol llegaron este jueves a Piriápolis, siguiendo una de las tantas pistas en torno al mafioso italiano Rocco Morabito, y eventualmente de los otros dos hombres que escaparon con él el domingo último de la ex cárcel Central: Matías Sebastián Acosta González y Bruno Ezequiel Díaz.
Rocco Morabito supo tener muchos vínculos durante su permanencia en Punta del Este, donde vivió camuflado bajo la identidad falsa de Francisco Antonio Capeletto Souza. Pero concretamente, tenía una fluida relación con P.G., un hombre domiciliado en Pueblo Obrero, cerca de Piriápolis.
A su vez, este mismo hombre estuvo involucrado con el narco integrante del cartel mexicano Los Cuinis, Gerardo González Valencia, quien también fue atrapado en Punta del Este, en una mansión ubicada relativamente cerca de donde vivía Rocco Morabito con su familia.
Suspendido
Este jueves, el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak, fue consultado en el periodístico Frecuencia Abierta de Aspen FM de Punta del Este sobre este caso y concretamente sobre la demora de la extradición de Morabito a Italia, donde fue condenado en ausencia.
Chediak explicó que Rocco Morabito como otros detenidos en proceso de extradición, no pueden estar en cárceles comunes porque técnicamente están en régimen de “arresto administrativo”. La legislación establece que las detenciones en estos casos no pueden superar los 120 días.
El alto magistrado, explicó que generalmente las extradiciones se concretan en mucho menos tiempo, pero recordó que en este caso Morabito no la aceptó; asimismo, admitió que a esta altura se excedió ampliamente el plazo previsto para mantenerlo detenido en nuestro país.
Consultado respecto a la situación planteada tras su fuga, aclaró que en caso de ser recapturado en Uruguay y si no cometió ningún delito en ese lapso, la simple evasión no tiene pena, lo que se aplica tanto a quienes cumplen arresto administrativo, como a quienes están procesados o condenados.
De cualquier manera, cabe recordar que Morabito y los otros dos fugados, de ser atrapados pueden ser acusados al menos de violación de domicilio y hurto, por el ingreso al apartamento de la octogenaria afincada en un edificio contiguo a la ex cárcel Central, a la que además le robaron dinero.
Además, aclaró Chediak, aún se deberá confirmar si para lograr el objetivo solo usó “habilidades” propias o si por el contrario, por ejemplo ofreció dinero. En tanto, mientras esté prófugo, todo el proceso judicial al que era sometido, incluyendo la apelación a la extradición se encuentra interrumpido.
No es legal
Por su parte, la abogada de Morabito y su familia, doctora Betiana Díaz, entrevistada en el mismo periodístico, remarcó que su cliente tiene cuatro sentencias en Italia dictadas en rebeldía (en ausencia), por lo que su extradición a ese país es ilegal de acuerdo a la ley uruguaya y tratados internacionales.
Según la Constitución de la República (en su Artículo 21), ese tipo de sentencias no se deben reconocer, razón por la cual la decisión de la Justicia que sustancia el caso está recurrida ante la SCJ, recordó Díaz, quien defiende a Rocco Morabito desde fines del año pasado.
Explicó que en un caso como este, se debiera haber condicionado la extradición a que fuera nuevamente juzgado en Italia con todas las garantías, pero eso no ocurrió ya que el fallo en dos instancias no lo previó, por lo cual no se están contemplando los principios de inocencia.
Consultada respecto a la fuga que protagonizó su cliente, aseguró que la sorprendió tanto a ella como a la familia, y consideró que no fue una decisión correcta, pero “se ve que sintió ese deseo y lo hizo, por instinto”. Dijo además no tener idea de cual puede haber sido su destino.
