Había sido detenido con una serie de efectos de una finca del barrio fernandino Maldonado Park, pero como inicialmente no había denuncia, quedó en libertad. Comprobado el robo, fue detenido y aunque negó haber cometido el ilícito, la Justicia le imputó el delito de receptación.

El viernes 21 de febrero ocurrió un hurto en una finca del barrio Maldonado Park, donde mediante daños en una puerta de madera, desconocidos ingresaron hurtando herramientas varias, prendas de varias, un calefón, enseres de pesca, y algunas mochilas, entre otros efectos.

En horas de la noche del día siguiente, efectivos policiales intervinieron a tres hombres, uno de los cuales cargaba varios efectos cuya procedencia no pudo justificar. En ese momento todo lo que llevaba le fue incautado, aunque a los tres se les permitió continuar luego de ser identificados.

Posteriormente, en dependencias policiales se estableció que todos los efectos incautados coincidían con los que figuraban en una denuncia por robo, por lo cual se citó a la víctima quien reconoció todo como suyo y en forma inmediata el sujeto que los llevaba fue requerido.

Se trataba de Guillermo Sebastián Rodríguez Bidart, un sujeto que fue rápidamente ubicado ya que está bajo régimen de libertad vigilada por un delito cometido a principios de agosto de 2019. Ahora, la Justicia lo envió 7 meses a prisión como autor de un delito de receptación.

Tranquilo en casa

Guillermo Sebastián Rodríguez Bidart, en estos momentos estaba cumpliendo una pena de un año de libertad vigilada, tras haber sido condenado en los primeros días del mes de agosto del año pasado como autor de un delito de hurto especialmente agravado.

Fue atrapado en continuación avenida Lavalleja y calle Alfredo Chiossi, en el barrio Maldonado Park, luego de robar unos 60 metros de cable en calle 25 de Mayo, en pleno centro fernandino. Huía en una bicicleta llevando trabajosamente el material que había sustraído.

Durante un año, Rodríguez Bidart no podía cambiar de domicilio sin autorización de la Justicia y debe presentarse una vez a la semana ante la seccional policial más cercana al mismo. Obviamente que fuera de esa obligación, continuó delinquiendo y ahora sí fue enviado tras las rejas.