A medida que avanza la investigación que encabeza la Fiscal Darviña Viera, por la cual ya fueron formalizados 18 hombres y una mujer vinculados a delitos de explotación sexual de menores y suministro de estupefacientes, entre otros, se conocen algunos detalles vinculados al departamento de Maldonado y el accionar de algunos implicados.
El último formalizado fue el maestro C.A.B.S, quien ya había sido detenido, aunque la Justicia consideró que las pruebas no eran suficientes y lo liberó. La Fiscal Darviña Viera apeló y el viernes un Tribunal de Apelaciones le dio razón, por lo que el docente finalmente fue formalizado.
La investigación -que está en pleno proceso- cabe recordar que comenzó tras la muerte de una adolescente de 17 años, en marzo de este año, cuyo cuerpo apareció en la desembocadura del arroyo Solís Chico, en la Costa de Oro de Canelones, sin que aún se sepan claramente las causas.
La adolescente, A.B.R., había salido de su domicilio para viajar a la terminal de ómnibus de Tres Cruces en Montevideo (en una unidad de Uber), para de allí hacerlo hacia Punta del Este en ómnibus donde aparentemente asistiría a una fiesta. Eso ocurrió el sábado 16 de marzo.
Tras ser denunciada la ausencia de A.B.R., su cuerpo sin vida fue encontrado la mañana del jueves 20 de marzo; lo reconocieron por un tatuaje. Desde entonces se han tejido varias conjeturas aunque todo ha ido desembocando en la investigación que lleva adelante la Fiscal Darviña Viera.
A partir de la investigación por la extraña muerte de A.B.R., y por declaraciones de su familia, se ubicó a una amiga -también menor- que integraría una red de explotación sexual. La Fiscal del caso, Darviña Viera confirmó que todo surgió de una denuncia radicada en Maldonado.
El hilo conductor se encontró en una denuncia por abuso sexual en contra de H.D.S.N., radicada el 28 de noviembre del año pasado, de la que surgió que este hombre (ahora formalizado) se habría vinculado con una adolescente, la que aseguró que otra chica había sido abusada sexualmente.
En tanto, otro indagado, H.G., presentó denuncia contra esa joven por difamación, ya que la misma habría subido un video a una red social acusándolo de haber abusado de su amiga. Fue la adolescente que entregó su teléfono celular en el que surgieron diversos elementos probatorios.
Luego de más diligencias y pericias realizadas a los aparatos, surgieron datos de otras menores de edad que también serían víctimas de explotación sexual a manos de un número no precisado de hombres mayores de edad. Allí es donde se encontraron nutridos intercambios por chat con los ahora imputados.
Del análisis de los diálogos, se desprende que estos individuos habrían pagado o prometido pagar a varias adolescentes, distintas sumas de dinero, o que les habrían suministrado drogas a cambio de actos sexuales de diversos tipos, incluido el envío de fotografías de contenido sexual.
El eje Maldonado
El círculo se fue cerrando porque aquella denuncia por abuso sexual radicada en Maldonado en contra de H.D.S.N., desembocó el miércoles 3 de junio en su formalización, así como la de una mujer con la que mantendría una relación sentimental que no está del todo clara.
De la investigación surgió que H.D.S.N. -quien posee antecedentes penales de agosto de 2009 en Maldonado, por el delito de estafa y tendría documentación paraguaya- conocía a dos de las adolescentes; con su tarjeta de crédito abonó una estadía para los tres en un hotel de Montevideo.
Este sujeto, el 29 de noviembre del año pasado, entregó voluntariamente su teléfono celular a la Policía. Del relevamiento surgieron distintas fotos que muestran a las adolescentes en ese hotel y en los alrededores, junto a él imputado. Además otras fotos de “contenido erótico”.
La pasada semana, declaró ante la Policía una mujer que aseguró vivir con H.D.S.N. desde hace al menos dos meses, y que lo conoció un año atrás a través de la aplicación Tinder. La mujer es trabajadora sexual y este hombre le ofreció un lugar para trabajar en San Carlos.
El sujeto le aseguraba un lugar con seguridad, cuarto, baño y cocina. Ella accedió y “probó trabajar en dicho lugar”. Aseguró que “le fue bien” pero regresó a Montevideo por un tiempo, hasta que le dijo a H.D.S.N. que se iría a vivir con el en forma definitiva, ya que tenía problemas para quedarse en su casa.
Pero tuvo que acceder a un acuerdo económico con este sujeto: podía trabajar allí, pero tendría que darle un 30% de lo que le cobrara a los clientes, pero además mantener relaciones sexuales con él, cuantas veces lo deseara; en caso contrario debía pagarle un 50% de lo recaudado con su trabajo.
La mujer, aseguró que como no tenía otra opción aceptó vincularse sexualmente con H.D.S.N. como forma de pago. En el marco de la intervención de la Unidad de Víctimas y Testigos surge que la frecuencia de los encuentros entre esta mujer y el individuo, estaba supeditada a la voluntad de este.
Pero a su vez, H.D.S.N. le creó publicaciones en dos páginas para que tuviera más clientes. Al margen, la explotación llegaba a tal grado que si ella atendía clientes fuera del apartamento, H.D.S.N. la llevaba hasta el lugar de encuentro pero le cobraba el traslado y parte de la ganancia.
La mujer aseguró -al ser consultada sobre su régimen horario de trabajo-, que era diario y en cualquier horario, tanto diurno como nocturno y que estaba siempre controlada porque el sujeto escuchaba sus conversaciones telefónicas, por lo que sabía cuándo y dónde trabajaría.
Además, dijo que en el departamento de Maldonado no conocía a nadie más, y que en una ocasión le pidió a este hombre para traer una compañera de ella, para vivir en el apartamento, lo que no le habría permitido. Hoy, es el único de los 19 imputados que está en prisión preventiva.
Cabe recordar que, H.D.S.N., está imputado por un delito de retribución o promesa de retribución a personas menores de edad o incapaces, para ejecutar actos sexuales o eróticos de cualquier tipo, y por reiterados delitos de proxenetismo y reiterados delitos previstos en el Artículo 277 bis del Código Penal.
La única mujer
Pero de los chats de WhatsApp relevados a este mismo hombre, se pudo encontrar un grupo donde junto a su concubina, E.A.O.H., intercambiaban mensajes con distintas jóvenes, y aluden a una “renta” de un apartamento para que éstas lo utilizaran para recibir a sus clientes.
Esta mujer, se comunicaba en el chat identificada con otro nombre y agregaba al grupo a distintas jóvenes. Además, participó de la publicación donde se ofrecen las jóvenes para servicios sexuales, y era la que realizaba los pagos de la página mediante depósitos en la red Abitab.
Este caso es particular, por cuanto se trata de la primera mujer involucrada en la causa, pero además, entre otros por un delito reiterado que hasta ahora no se había imputado a nadie más: proxenetismo, en calidad de autora, delito encuadrado en el Artículo 1 de la Ley 8.080.