Se trata de un individuo de 58 años poseedor de varios antecedentes por delitos vinculados a la tenencia o comercialización de estupefacientes, que, había sido enviado a la cárcel por última vez en 2015, cuando 13 personas cayeron en manos de la Policía en el marco de la entonces denominada operación “Salsipuedes”.

 

En las últimas horas la Justicia condenó a Gilberto Enrique Pérez Gómez, de 58 años y apodado “El Artesano”, a 2 años y 10 meses de penitenciaria, como autor de un delito de negociación de sustancias estupefacientes, un delito continuado de asistencia a la actividad ilícita, y un delito de hurto de energía eléctrica.

Este sujeto era investigado desde comienzos del mes de enero de este año, en el marco del operativo “Ariete” que, en realidad había tenido su comienzo en noviembre de 2019 con la detención de varias personas, dos de las cuales terminaron remitidas a la cárcel.

El 14 de noviembre, un joven de 25 años fue condenado a 2 años de prisión por un delito continuado de suministro oneroso de sustancias estupefacientes, y Kevin Fabián Segovia Vergara, a 2 años y medio de penitenciaria, por el mismo delito que el anterior pero además por tráfico interno de armas de fuego y municiones.

El operativo “Ariete” logró desarticular una boca de venta de drogas ubicada en la esquina de calles Isla de Flores y Paysandú, en el barrio San Martín de la capital departamental, e incluyó otros dos allanamientos en distintos puntos de la ciudad y la detención de 6 personas.

En aquel momento se incautó un revolver y una pistola, 29 gramos de cocaína y una planta de marihuana, además de dos balanzas de precisión, $ 37.545 (producto de las ventas de drogas), cinco teléfonos celulares y dos cuchillos. Sin embargo quedaron algunos cabos sueltos para investigar.

En ese marco, el 9 de enero fue condenado Santiago Nicolás Montelongo Porley, de 22 años, como autor de un delito continuado de negociación de sustancias estupefacientes, en reiteración real, con un delito de participación en riña. La Justicia le aplicó una pena de 3 años de penitenciaria.

Tras ese último procedimiento, quedó en la mira de los investigadores “El Artesano” Pérez Gómez, quien finalmente fue detenido durante un allanamiento concretado en su domicilio dos días atrás. Además de los delitos vinculados a las drogas, se descubrió que estaba conectado ilegalmente a la red de Ute.

SalsipuedesGilberto Enrique Pérez Gómez, con 58 años sigue cometiendo los mismos delitos que lo han llevado reiteradamente tras las rejas

Este hombre registra su último antecedente de febrero del año 2015, cuando junto a otros 2 sujetos fue enviado a la cárcel por su participación en bandas familiares de narcotraficantes desbaratadas en Maldonado, con conexiones entre las ciudades de Maldonado, San Carlos y Rocha, y las cárceles de Las Rosas y Comcar.

La operación “Salsipuedes” se inició el 19 de enero de aquel año con la detención de una joven olimareña, que arribaba a la terminal de ómnibus de Maldonado con casi medio kilo de pasta base. La chica, C.T.D., de 20 años, fue enviada a la cárcel como autora de un delito de transporte de sustancias estupefacientes.

A partir de allí, la Brigada Antidrogas de Maldonado continuó trabajando en base a nueva información que fue surgiendo y la que ya estaba procesando, vinculada a las actividades de al menos dos familias que a su vez tenían integrantes privados de su libertad en distintas cárceles del país.

El 11 de febrero, se sumaron a la joven mencionada y a otros nueve imputados por la justicia posteriormente, dos hombres y una mujer, todos poseedores de antecedentes penales: una mujer de Rocha, uno de los hombres de Maldonado, y el restante que ya purgaba pena en la cárcel de Las Rosas.

Gilberto Enrique Pérez Gómez, alias “El Artesano”, fue imputado por violación del Artículo 31 de la Ley N° 14.294, que pena la negociación de estupefacientes. Como resultado final de la operación “Salsipuedes”, en total fueron enviadas a prisión por su responsabilidad en distintos delitos, 13 personas.

En los distintos procedimientos de aquel año no se pudo encontrar droga de ningún tipo, pero se incautaron 3 vehículos que estaban “limpios” (no tenían señales de ser utilizados para el traslado de drogas), además de dos revólveres y otros efectos; la mayoría de los procesados, integraban dos familias.

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