El juez penal de 2° turno de Maldonado, envió a la cárcel a la mujer que haciéndose pasar por una alta funcionaria del LATU, estafó solo en Piriápolis a por lo menos 15 personas, aunque solo 6 por el momento radicaron denuncia. Se trata de quien fuera detenida el miércoles cuando intentaba huir hacia Argentina por Carmelo.
María Isabel Fernández Salvador, de 55 años de edad, era poseedora de 3 antecedentes por estafa en Montevideo, en los años 1994, 1997 y 2012. Este jueves tras comparecer ante el juez Flogliacco, fue nuevamente a la cárcel imputada por un delito continuado de estafa.
Tras su último procesamiento y posterior libertad, se radicó en Piriápolis, donde logró convencer a una importante cantidad de personas, para que realizaran aportes para licitaciones que seguramente no perderían, dadas sus supuestas influencias en el LATU.
Las sospechas sobre sus verdaderas intenciones, surgieron cuando desapareció de Piriápolis sin dejar rastro, pero tampoco resultados de lo que había prometido por ganar licitaciones para la adquisición de distintos insumos, incluidos algunos para el Plan Ceibal.
Ante la justicia, se presentaron 6 personas a ratificar las denuncias realizadas ante la Policía, aunque existe la certeza de que los estafados fueron muchos más y no radicarían la denuncia. María Isabel Fernández, logró hacerse con sus artimañas, de algo más de US$ 65.000.
Se iba
La estafadora, fue detenida a media tarde del miércoles cuando realizaba los trámites migratorios previos a subir a un ferry de Cacciola con destino a Tigre, desde donde se dirigiría a la ciudad de Buenos Aires. Su requisitoria y prohibición a salir del país, “saltó” en los sistemas informáticos.
La detención estuvo a cargo de personal de la sub prefectura de Carmelo, que luego por orden judicial la derivó a dependencias policiales, donde se realizaron las tareas de coordinación para trasladarla a Maldonado. Entre sus efectos personales se incautó una computadora personal que podría arrojar importantes datos.
Desde que fue detenida, María Isabel Fernández Salvador, supo que sus horas en libertad estaban contadas. Ya en Maldonado contó con lujo de detalles las maniobras realizadas en perjuicio de las víctimas que vieron en ella, la chance de incrementar sus capitales.